Bajo la Administración Trump, bajo el lema – meta “Estados Unidos Primero” el país ha saltado desde el liderazgo en la promoción del libre comercio a ser el gran campeón del proteccionismo. En plena consecuencia con todo lo dicho y amenazado desde la campaña electoral en apenas horas en la Casa Blanca, abrió fuego contra el liberalismo comercial. Habiéndose juramentado el 20 de enero de 2017 el día 23 firmó un decreto sacando a la nación del Tratado de Libre Comercio del Pacífico del que el país había sido uno de sus promotores e inmediatamente lanzó misiles arancelarios sobre buena parte de Asia.
Aunque el presidente empresario se autoconsidera el rey de las negociaciones, desde la Oficina Oval su estrategia negociadora se ha centrado en la amenaza económico – comercial ya sea por la suspensión de paquetes de ayuda como por la aplicación de tarifas aduaneras y ciertamente ha ido de las palabras a los hechos. Es tal su inclinación por las políticas de fuerza en lo comercial que identificando un repentino “enemigo”, político, migratorio o comercial velozmente dispara amenazas de aranceles aunque después aguante el “fuego” para pensarlo y meditarlo y quizás dejarlo planeando amenazantemente en el aire.
En 2018 impuso aranceles del 30% a importaciones de paneles solares y del 20 al 50% a lavadoras, aplicó gravámenes del 10 al 25% a importaciones globales de aluminio y acero contra China, Canadá, México y la Unión Europea. Ahora, hace unos días, se los eliminó a Canadá y México aunque inmediatamente anunció aranceles totales a México a partir del 10 de junio. Siguiendo en 2018 ordenó tarifas aduaneras por un monto de casi 35% a las aceitunas negras españolas y en agosto llevó los aranceles al acero turco a un 50% y al aluminio, también de ese país, al 20%. En general a los europeos le ha aplicado o amenazado con aplicar aranceles a múltiples productos a lo cual la “vieja Europa le ha respondido. ¡Que privilegio ser grande y fuerte! Los cañones acaban de reorientarse hacia sus vecinos del Sur exigiéndoles que controlen la inmigración que se dirige a EEUU atravesando la nación azteca o de lo contrario ira subiendo los aranceles anunciados de un 5% a hasta llevarlos al 25% en octubre. Es mejor y más fácil atacar que oír los planes del presidente mexicano para combatir la pobreza y marginación en Centroamérica que, ciertamente, sufre un gran déficit comercial con EEUU.
El enemigo preferido es China por osar desafiar el predominio estadounidense, solo por desarrollarse y avanzar. ¿El mensaje es que nadie puede crecer y desarrollarse si así supera a EEUU? La batería de misiles arancelarios contra el gigante de Asia es bien conocida. Inicialmente la exigencia era reducir el déficit en 25% pero eso se logra por una de dos vías, o se le compra menos, pagando el costo de ello, o se promuevan más exportaciones y se eliminan las prohibiciones de exportación de tecnología. Por suerte aquí no tenemos que preocuparnos porque tenemos un gran déficit con Washington.