Por PETE YOST
WASHINGTON (AP) _ Un juez ordenó el miércoles que Judith Miller, periodista del diario The New York Times, fuera encarcelada por negarse a divulgar sus fuentes a un jurado investigador en el caso de una agente de la CIA cuya identidad trascendió a la prensa.

   «Aún existe una posibilidad realista de que el encierro la lleve a declarar», dijo el juez federal Thomas Hogan.

   Miller se puso de pie, abrazó a su abogado y salió del tribunal escoltada por la policía.

   Previamente, el periodista Matthew Cooper de la revista Time, en un cambio de posición, dijo a Hogan que estaba dispuesto a colaborar con un fiscal federal que investiga cómo trascendió la identidad de la agente de la CIA Valerie Plame, porque su fuente lo autorizó a hacerlo. «Estoy dispuesto a declarar. Acataré» la orden del tribunal, señaló.

   Cooper subió al estrado en la corte y dijo: «Anoche me despedí de mi hijo, le dije que tal vez pasaría mucho tiempo antes de volver a verlo».

   «Me fui a la cama dispuesto a aceptar las sanciones» por no declarar, afirmó Cooper. Pero dijo al juez que poco antes de su comparencia por la tarde, recibió «de manera algo dramática» una llamada personal de su fuente, quien lo liberó de su compromiso de mantener el secreto.

   En cuanto a Miller, a menos que se decida a hablar, permanecerá detenida hasta que el jurado investigador concluya su labor en octubre. El juez dijo que el hecho de que Miller esté en prisión podría hacer que su fuente le permita no tener que guardar la confidencialidad, como lo hizo la de Cooper.

   El reportero de Time, que habló con los periodistas después del fallo, considero que era «un momento triste».

   «Mi corazón está con Judy. Cuando ella salía de la corte le dije que mantuviera la entereza de ánimo», agregó Cooper. «Creo que esto muestra claramente que se requiere una especie de ley nacional de protección (a los periodistas). No hay una ley federal de protección y por eso estamos aquí hoy».

   «Judy Miller le hizo una promesa a su fuente y la cumplirá», declaró por su parte Bill Keller, editor ejecutivo del New York Times.

   Floyd Abrams, destacado abogado constitucionalista, dijo a la prensa después de la detención de Miller que «Judy es una mujer honorable, que se adhiere a las más altas tradiciones de su profesión y a las tradiciones más elevadas de la humanidad». Dijo que Miller optó por «sobrellevar el peso de la cárcel» antes que romper la promesa de confidencialidad.

   «Miller no ha sido acusada de un delito ni se le ha declarado culpable por ninguno», agregó. «Ha sido detenida por desacato civil a una orden de un tribunal».