Washington, 6 jul (EFE).- Estados Unidos llamará a filas de forma forzosa desde hoy a unos 5.600 soldados retirados, la mayoría de los cuales serán enviados a Irak y Afganistán, una medida que no había sido adoptada en esta magnitud desde la primera Guerra del Golfo.

Estos soldados retirados permanecerán en el Ejército de 18 a 24 meses, según informaron las Fuerzas Armadas.

«Al contrario que los nuevos reclutas, estos son soldados avanzados y con experiencia y pueden contribuir de forma significativa a la preparación y capacidad operativa del Ejército», indicó el Mando de Recursos Humanos en un comunicado.

Estos soldados no son voluntarios y serán obligados a abandonar sus vidas de civiles para integrarse de nuevo a las Fuerzas Armadas, por lo que la decisión ha generado nerviosismo entre las familias.

El Ejército reconoció que desde enero ha buscado voluntarios entre los 111.000 ex soldados que forman parte de una lista denominada «Reserva de Individuos Preparados» (IRR, en inglés), donde ha encontrado 1.000, pero necesita más efectivos.

Los llamados a filas se ocuparán de tareas de apoyo logístico y trabajarán como conductores, encargados de administración, mecánicos, cocineros, policías militares e ingenieros de combate.

Con unos 141.000 soldados en Irak y 20.000 en Afganistán, las Fuerzas Armadas de EEUU están necesitadas de unidades frescas.

Las tropas destacadas en Irak han tenido que quedarse más de lo previsto en el país debido a la virulencia de los ataques contra estadounidenses y contra la policía y miembros del Gobierno iraquíes.

Los 5.600 hombres y mujeres tendrán que pasar un examen médico, después del cual recibirán 30 días de entrenamiento.

Su integración al Ejército se producirá en varios grupos, comenzando este mes y terminando en diciembre, según las autoridades castrenses.

Durante la primera Guerra del Golfo Pérsico, en 1991, el Pentágono llamó a 20.000 personas de la lista de la IRR. EFE