EEUU llama a Rusia a democratizarse más

EEUU llama a Rusia a democratizarse más

Moscú (EFE).- Estados Unidos llamó hoy a Rusia a aprovechar la presidencia del Grupo de los Ocho países más industrializados (G8) para dar ejemplo como un país moderno y democrático.

   «Responde a los intereses de Rusia demostrar que el Estado tiene intención de sustentarse sobre los principios de la sociedad civil y la libertad de prensa», señaló hoy William Burns, embajador estadounidense en Moscú, en un comunicado recogido por la agencia Interfax.

   Burns alentó a Rusia a demostrar que está a favor del «desarrollo de las instituciones económicas de mercado y que, tanto el clima económico como los sectores energéticos y no energéticos, son transparentes»

   «Estamos dispuestos a ayudar a Rusia a hacer que sea un éxito la cumbre de julio en San Petersburgo y esperamos que el encuentro traiga resultados prácticos y positivos», dijo.

   En cuanto a la agenda de la cumbre propuesta por el anfitrión, Burns comentó que «la energía, la sanidad y la educación con asuntos muy complicados e importantes y conviene que el G8 centre en ellos su atención».

   Burns confirmó que el ministro de Finanzas norteamericano, John Snow asistirá a la reunión de ministros de Finanzas del G8 que tendrá lugar el próximo 11 de febrero en Moscú.

   La guerra del gas con Ucrania y otras repúblicas ex soviéticas han puesto en duda las intenciones de Rusia de marcar la seguridad energética como el punto más importante de la agenda del G8 (EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá, Italia y Rusia).

   Rusia propone trazar una nueva arquitectura energética que garantice los suministros, su diversificación y tenga en cuenta las nuevas amenazas terroristas.

   El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó a finales de 2005 que Rusia, segundo productor y exportador mundial de petróleo y primero de gas, se propone ser la mayor potencia del planeta en este terreno.

   Además, el jefe del Kremlin desea convertir a Rusia en miembro de pleno derecho del grupo, ya que, hasta ahora Moscú era marginada en el debate de los temas económicos y financieros, al no pertenecer aún a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

   La Rusia actual se parece muy poco a la de 1994, año en que el presidente ruso, Boris Yeltsin, fue invitado a participar en la primera reunión bajo el formato «G-7+Rusia», y a la de 1997, cuando Rusia entró a formar parte del grupo.

   En ese momento, el ingreso de Rusia en este selecto club fue interpretado como un espaldarazo a las reformas liberales en marcha en Rusia, pero ahora la situación ha cambiado.

   Según los críticos, la Rusia de Putin es menos democrática, menos liberal y más intervencionista en la economía, además de que ha recuperado el viejo vicio soviético de apoyar a regímenes autoritarios.

   Las declaraciones de Putin en contra de la financiación exterior de las organizaciones no gubernamentales también han levantado ampollas en los otros países miembros del grupo, donde se han levantado voces para la exclusión de Rusia del G8.

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