EEUU Los políticos empiezan a enfrentarse a lo insostenible

EEUU Los políticos empiezan a enfrentarse a lo insostenible

Por Holly Yeager
El descenso del capitalismo del bienestar en Estados Unidos todavía está por precipitar una reacción violenta o un debate político serio sobre el papel creciente del gobierno. Pero, bajo la superficie, hay señales de que la retirada de las empresas pronto pudiera disparar la acción política.

Hasta ahora, la respuesta más fuerte ha venido de los trabajadores afectados, algunos de los cuales han realizado acciones para protestar por los incrementos en los costos de la salud. El presidente George W. Bush y el Congreso han dado pasos modestos en las pensiones, trabajando en una legislación que obligaría a las compañías a financiar plenamente sus pensiones en unos siete años e incrementar las tasas que los empleadores pagan al gobierno para asegurar sus planes. Ambos están diseñados para impedir la necesidad de un rescate por parte del gobierno de la Pension Benefit Guaranty Corporation, la agencia federal que suscribe los planes privados.

El fracaso del señor Bush el año pasado de reformar la Seguridad Social, el programa federal de pensiones, sirve como recordatorio de cuán políticamente recargados están esos importantes programas económicos. Pero Len Nichols, quien asesoró sobre política de salud en la Oficina de Administración y Presupuesto durante la administración Clinton y que ahora es director del programa de salud pública de New American Foundation, un centro de análisis en Washington, dice que entre la gente de negocios y los políticos «hay una gran preocupación de que el sistema actual es insostenible».

Mientras los demócratas durante mucho tiempo han defendido un mayor papel del gobierno en la seguridad de la salud -más intensamente con el plan de Hillary Clinton de 1993 para una cobertura casi universal-, el señor Nichols dice que la necesidad de un cambio ahora se entiende más ampliamente. «Los republicanos están escuchando a sus amigos de los negocios».

El señor Nichols dice que él fue llamado para conversar con dos republicanos, en relación con ofertas para la nominación presidencial de 2008. Él prefiere no nombrarlos, pero dice que uno de ellos le pidió consejo sobre como podría discutir la cobertura universal de tal forma que fuera consistente con los principios republicanos con los bajos impuestos y la limitación del volumen del gobierno. El segundo le preguntó sobre los que el señor Nichols llama la «defensa moral» de la salud pública.

Un cambio similar está teniendo lugar fuera de la capital. Steve Tugens, vicepresidente de las relaciones del gobierno en la Cámara de Comercio, en Columbus, Ohio, dice que en el capitolio del estado, a una cuadra de su oficina, «no hay duda de que existe un creciente interés legislativo en esta tendencia».

Políticos, empleados, empleadores y activistas con una variedad de puntos de vista -desde los que están a favor de una cobertura universal de la salud hasta los partidarios de las cuentas individuales de ahorro para la salud-, han empezado a comunicarse. «Hay personas que hablan entre sí sobre este asunto que no hubieran devuelto una llamada telefónica hace ocho años».

Las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses cree que el gobierno tiene alguna responsabilidad de garantizar que todo el mundo tenga cobertura de salud. Pero la mayoría también está a favor de mantener el sistema vigente, basado principalmente en el seguro privado. Una lección que el señor Nichols aprendió durante la era Clinton es similar a una que el señor Bush aprendió el año pasado, durante el debate sobre Seguridad Social: esos pasos importantes no se pueden forzar con mayorías estrechas. Como dice el señor Nichols: «Va a tener que partir realmente del centro, con el respaldo de ambos partidos».
VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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