EEUU necesita la diplomacia de Japón

EEUU necesita la diplomacia de Japón

Por NORIMITSU ONISHI 
TOKIO .-
Corea del Norte y su potencial prueba de un misil de largo alcance encabezarán la agenda cuando el Primer Ministro Junichiro Koizumi, de Japón visite Washington esta semana. Pero ¿qué deberá, o debería, decir el presidente George W. Bush sobre las relaciones cada vez más tenues de Japón con sus vecinos asiáticos?

La coordinación entre Estados Unidos y Japón ante un posible lanzamiento la semana pasada no podía haber estado más acertadamente sintonizada, dijo J. Thomas Schieffer, el embajador estadounidense en Japón.

Pero en un momento en que se necesita la cooperación regional también, Japón apenas está dialogando con China y Corea del Sur. De hecho, el jueves, el Presidente Roh Moo-hyun de Corea del Sur dijo que su país debe fortalecer su disuasión militar, no contra Corea del Norte, sino contra Japón, debido a una disputa territorial cada vez peor.

Las relaciones de Japón con los dos países son las peores en décadas, en gran parte debido a amargos desacuerdos en torno al pasado militarista de Japón. La historia se entromete en el camino aun cuando Japón, con la bendición de Estados Unidos, quiere desempeñar un papel mayor en la región.

La última vez que se reunieron, en Kioto en noviembre, Bush preguntó a Koizumi sobre las relaciones en conflicto, pero se dice que evitó hacer comentarios. Desde entonces, las relaciones han permanecido congeladas, y las perspectivas para que mejoren parecen inciertas.

Han aumentado las preocupaciones entre formuladores de políticas y expertos estadounidenses de que las tensiones estén perjudicando a los intereses japoneses — y estadounidenses — en Asia. Se han multiplicado los llamados para que Estados Unidos se vuelva más activo, al menos informalmente, tratando de resolver las disputas.

Aunque Japón y China están en desacuerdo sobre la influencia regional, los recursos naturales y el territorio, las visitas de Koizumi al Recinto Yasukuni, el monumento a los muertos en guerra de Japón y sus 14 criminales de guerra de más alto rango, han provocado críticas particularmente fuertes de parte de Pekín, y de Seúl también.

Koizumi dice que ora por la paz y por los muertos en guerra de Japón cuando visita Yasukuni. Pero China y Corea del Sur consideran las visitas evidencia de la falta de arrepentimiento de Japón por el pasado. Ambos países se han negado a celebrar reuniones de alto nivel con Japón, citando las vistas como motivo.

“El asunto de Yasukuni está socavando la eficacia de la diplomacia japonesa en la región”, dijo Kent Calder, director del Centro Reischauer para Estudios del Este Asiático en Johns Hopkins. “Y eso es importante para Estados Unidos, particularmente en un periodo en que estamos tan involucrados en Oriente Medio y no tenemos los recursos y el tiempo que deberíamos estar dedicando al este asiático”.

Las disputas han puesto a Estados Unidos — que quiere a un Japón más firme, pero con el cual comparte su propia historia de tiempo de guerra — en una posición incómoda.

Koizumi ha cimentado las buenas relaciones con Bush haciendo lo anteriormente impensable: desplegar tropas en Irak, profundizar los lazos militares y promover en Japón una revisión de la constitución.

La nueva firmeza militar, sin embargo, ha dado voz a los conservadores que desde hace tiempo han querido restablecer los símbolos previos a la guerra. Maestros han sido castigados por negarse a cantar el himno nacional. Los libros de texto apoyados por el gobierno restan importancia al pasado militarismo de Japón.

Si Asia se ha sentido en conflicto por el aumento del nacionalismo japonés, también se ha sentido confusa por el silencio de Estados Unidos. En Yasukuni, después de todo, se recuerda a los líderes que libraron la guerra contra Estados Unidos, también, y su museo propaga la visión derechista de que Estados Unidos forzó a Japón a entrar en la guerra.

“Una cosa es no alentar el nacionalismo japonés, pero Estados Unidos tampoco lo ha estado desalentando”, dijo Han Sung-joo, ex embajador sudcoreano en Estados Unidos. “Japón parece tener poca consideración por la forma en que Corea del Sur ve las cosas, y Estados Unidos parece tener poca consideración por la forma en que Japón afecta a las sensibilidades coreanas”.

El silencio también ha alentado a los intransigentes japoneses a adoptar una postura tan dura contra China que los dos países ya no celebran conversaciones significativas, dijo Kazuhiko Togo, ex diplomático japonés que ahora en maestro de Estudios del Este Asiático en Princeton.

“Creen que Estados Unidos está respaldando este enfoque”, dijo Togo. “¿Pero es así? Si Japón no puede manejar sus relaciones con una ascendente China, pienso que es una carga para Estados Unidos. Pienso que Estados Unidos debería decir a Japón que esta situación que ha creado no beneficia a nadie”.

Pero Togo — quien es nieto de Shigenori Togo, un ministro de relaciones exteriores de tiempo de guerra que es uno de los 14 criminales de guerra prominentes venerados en Yasukuni — dijo que el involucramiento de Estados Unidos en un debate en torno a la historia pudiera abrir una caja de Pandora. Una gran brecha en la percepción de la historia también existe entre Japón y Estados Unidos.

Akio Takahara, profesor de política de la Universidad de Tokio, dijo: “Las bombas atómicas son las más simbólicas. ¿Qué tipo de visión histórica de las bombas tienen? ¿Cómo las evalúan y las perciben?” Los dos países tienen percepciones “completamente diferentes”, añadió.

Schieffer dijo que encontró “muy perturbadora” la visión de la historia difundida por el museo de guerra de Yasukuni.

“Si viera esas exhibiciones o leyera esas explicaciones, pienso que cualquier estadounidense se sentiría incómodo”, dijo Schieffer, y añadió, sin embargo, que creía las explicaciones de Koizumi sobre sus visitas.

Japón y China tienen que resolver sus problemas de historia ellos mismos, dijo Schieffer, y agregó: “No creo que sea útil que intervengan extranjeros”.

No obstante, el mes pasado, el representante Henry J. Hyde, republicano de Illinois, presidente del Cómite de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes y veterano de la Segunda Guerra Mundial, dijo que Koizumi debería prometer no visitar Yasukuni si quería dirigirse a una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos. Los japoneses dijeron que al primer ministrio nunca se le pidió hacer eso.

De cualquier manera, el primer ministro japonés no asistirá al Congreso. En vez de ello, después de una visita al Cementerio Nacional de Arlington, Bush llevará a Koizumi, fanático de Elvis, a Memphis para recorrer Graceland.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas