EEUU obstaculiza reforma ONU

EEUU obstaculiza reforma ONU

Naciones Unidas (EFE).- Las reticencias de EEUU a aumentar su compromiso contra la pobreza y la contaminación ambiental obstaculizan las discusiones sobre el documento que ha de adoptarse en la cumbre mundial que celebra la semana próxima la ONU.

Cuando quedan escasos días para la celebración de esa reunión de alto nivel, los países todavía están enfrascados en arduas discusiones para acordar un documento definitivo sobre la reforma de la ONU, con fuertes discrepancias en la mayoría de los aspectos.

El borrador consta de un apartado estrictamente dedicado a la reforma de la ONU, con acciones concretas para mejorar su gestión administrativa, además de crear una Comisión de Consolidación de la Paz para los países que salen de conflictos, y un Consejo de Derechos Humanos que sustituya a la actual Comisión de Ginebra.

En este capítulo también se incluyen medidas como la posibilidad de intervenir en casos de genocidio, o iniciativas para acelerar la no proliferación y el desarme nuclear, o cómo potenciar la lucha contra el terrorismo.

El otro apartado bien diferenciado está dedicado exclusivamente al desarrollo, en el que la negativa inicial de EEUU a incorporar una mención a los Objetivos del Milenio despertó las reticencias de la mayoría de los países.

Washington, que presentó multitud de enmiendas al documento inicial, finalmente aceptó incluir una mención a estas metas de desarrollo, en las que se incluyen objetivos de reducción de la pobreza, de acceso a la educación universal y de la lucha contra el sida, que deberán cumplirse en 2015.

EEUU sigue oponiéndose a un calendario para que en los países industrializados aumenten su contribución de ayuda al desarrollo, hasta alcanzar un 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto.

El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia, dijo a EFE que le gustaría que el documento final incluya una invitación clara a los gobiernos para que luchen por la creación de empleo.

Desde la perspectiva de la gente, se requiere «una globalización justa y reconocer que necesitamos más empleos productivos y avanzar hacia el pleno empleo y los trabajos decentes», declaró.

Por otro lado, las organizaciones no gubernamentales (ONG) mostraron su preocupación por los pocos avances en temas como los derechos humanos, como es la posibilidad de que la comunidad internacional intervenga en caso de genocidio.

«Si países como Rusia, India, Pakistán, Cuba o Venezuela se unieran a la mayoría de estados miembros para proteger a los civiles amenazados de genocidio, la cumbre se podría rescatar», señaló Nicola Reindorp, de Oxfam.

Por su parte, representantes de Greenpeace hicieron hincapié en la necesidad de que el documento de la reforma contemple acciones concretas para evitar el calentamiento de la tierra y avanzar hacia la no proliferación y el desarme nuclear.

En la clausura de una reunión con varias ONG, el jefe de gabinete de la ONU, Mark Malloch Brown, alentó la presión que hacen estas entidades de la sociedad a los gobiernos para que el documento de la reforma «tenga significado y objetivos concretos».

Las negociaciones avanzan lentamente y muchas delegaciones predicen que el documento no estará listo hasta pocas horas antes de la inauguración el miércoles de la cumbre mundial para analizar el avance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que contará con 170 jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo.

El embajador de México ante la ONU, Enrique Berruga, manifestó a EFE que se suaviza el borrador de documento inicial, pero que aún así no ha perdido el contenido político, como ha ocurrido en otras ocasiones.

«Lo que necesitamos es un documento que trace un gran visión, la dirección que vamos a tomar y qué tipos de tareas vamos a hacer cuando acabe la cumbre», resaltó.

Por su parte, el embajador de España, Juan Antonio Yañéz-Barnuevo, indicó que «estamos condenados al éxito en un momento tan crítico para la ONU», y consideró que sería un error muy grave no aprovechar el momento para dar impulso a la renovación y al cambio del organismo mundial.

«Puede que el documento que se acuerde no sea el ideal, pero debería ser fuerte y sólido para que el proceso de reforma continúe después de la cumbre. La cumbre no es un punto final, sino inicial», declaró.

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