EEUU planea la mayor acción contra la migración ilegal de la historia

EEUU planea la mayor acción contra la migración ilegal de la historia

POR EDWARD ALDEN
con notas de Holly Yeager

El programa de seguridad de la frontera dado a conocer la noche del lunes por el presidente George W. Bush tendrá “un efecto transformador en el problema de inmigración y un problema de migración ilegal que ha plagado a este país durante más de 20 años”, pronosticó ayer Michael Chertoff, secretario de Seguridad del Territorio Nacional.

Sin embargo, los críticos del plan que incluye el despliegue temporal de hasta 6,000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera de Estados Unidos con México, dicen que logrará poco por contener el flujo de personas que no ha cedido, a pesar de las contra-medidas cada vez más elaboradas y costosas en la línea divisoria..

El centro del problema es si esta acción puede empezar a detener y hasta revertir una tendencia que ha visto como continúa creciendo el número de inmigrantes ilegales de manera sostenida.

El Senado está debatiendo esta semana una ley más amplia que legalizaría a la mayoría de los migrantes ilegales que ya se encuentran en EEUU y crear un programa de de trabajadores temporales que favorece el señor Bush para reducir los incentivos a viajar ilegalmente a EEUU. Sin embargo, los republicanos en la Cámara de Representantes, que aprobaron la legislación concentrados solamente en su ejecución, han dicho que tienen poco apetito por algo que sabe a “amnistía”.

John Boehner, el líder republicano, dijo ayer que aprobó el enfoque sobre la seguridad de la frontera del señor Bush y las leyes de cumplimiento por parte de los empleadores. “Más allá de eso, hay algunos desacuerdos serios sobre el programa de trabajadores huéspedes y cómo funcionaría y el asunto de propiciar una vía para la ciudadanía”, dijo.

Mientras que todavía el Congreso todavía aprobara algún plan de trabajador temporal, el discurso del señor Bush dejó claro que le ejecución de la medida será la pieza central de lo que ahora está tomando la forma del mayor esfuerzo en la historia de EEUU por parar la migración ilegal.

El plan del señor Bush pide unos 6,000 agentes permanentes para patrullar las fronteras de EEUU, un incremento de 50% del nivel actual de 12,000. Eso convertiría a la Patrulla Fronteriza de EEUU en la mayor agencia federal para hacer cumplir una ley en el país, en relación con los cerca de 12,000 agentes del Buró Federal de Investigación, de acuerdo con datos compilados por TRAC, un grupo de investigación de datos de la Universidad de Siracusa que se especializa en programas federales. 

Además del incremento en agentes, Washington proyecta construir cercas en corredores densamente poblados, y desplegar dispositivos de rastreo de alta tecnología como sensores de movimiento infrarrojos y vehículos no tripulados a lo largo de vastos tramos de desierto inhóspito que separa a EEUU de México.

Además, el diseño incrementaría el número de centros de detención, que permiten retener a los inmigrantes ilegales hasta que sean deportados, en lugar de liberarlos en el país, de 18,500 a 27,500 durante los próximos dos años.

La mayor parte de los mexicanos ilegales ya están siendo devueltos a su país de inmediato, pero los de otros países tienen que retenerse hasta su deportación, y EEUU se ha enfrentado escasez de instalaciones de detención.

La Casa Blanca también desea actuar sobre los empleadores que contratan inmigrantes ilegales con la creación de una tarjeta de identificación provisional que tendrían que presentar todos los tramadores inmigrantes, y está prometiendo una campaña de cumplimiento agresiva contra los “empleadores inescrupulosos”. Joel Kaplan, el vicejefe gabinete de la Casa Blanca para la política dijo que las tarjetas “eliminarían un pretexto para que los empleadores violen la ley”.  Las diversas medidas están orientadas a tranquilizar a los republicanos del Congreso y a la población escéptica de que el gobierno federal con que el gobierno tiene la capacidad para ganar el control sobre las fronteras de EEUU.

En su discurso del lunes, el señor Bush dijo que controlar la frontera era “una responsabilidad básica de una nación soberana” y “un requisito urgente para nuestra seguridad nacional”.

Sin embargo, el esfuerzo no tiene precedentes. Jamás EEUU ha ejercido algo como el control sobre sus fronteras terrestres. Avanzada la década de 1970, a los mexicanos se les permitía desplazarse libremente, de uno a otro país en respuesta a las oportunidades laborales por temporadas en EEUU, y antes de 1976, EEUU no fijó límites al número de mexicanos que podían solicitar una residencia permanente en EEUU.

No fue hasta finales de los 80 que Washington empezó a incrementar los esfuerzos de control en la frontera.

Durante la administración Clinton de la década del 90, el número de agentes patrulleros en la frontera se incrementó en una tasa aún más rápida que bajo las propuestas actuales de Bush, pero el objetivo era uno más modesto, de desalentar, más que contener el flujo de inmigrantes ilegales.

Y en eso se fracasó de manera lamentable. En los 20 años después de la última gran ley de  reforma de inmigración, en 1986, el gasto de EEUU en el ejercicio fronterizo se incrementó en más de 500%. Durante ese mismo periodo, el número de migrantes ilegales subió de menos de 4 millones a cerca de 12 millones.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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