Estados Unidos alcanzó este lunes la cifra de 5.737.398 casos confirmados de COVID-19 y la de 177.215 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del martes) es de 37.594 contagios más que el domingo y de 450 nuevas muertes.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 32.887, más que en Francia o España.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.662 personas.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos la vecina Nueva Jersey con 15.946, California (12.231), Texas (11.738) y Florida (10.397).
Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts con 8.949, Illinois (8.097), Pensilvania (7.557) y Michigan (6.663).
En cuanto a contagios, California suma 675.267, le sigue Florida con 602.829, tercero es Texas con 597.484, y Nueva York es cuarto con 430.145.
El balance provisional de fallecidos -177.215- ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 255.000 fallecidos y para el 1 de diciembre los 310.000.