Buenos Aires.– Estados Unidos, Japón y la Unión Europea anunciaron el martes una alianza para combatir en la OMC el comercio desleal y pusieron a China como blanco.
Aunque no mencionaron expresamente a ningún país, las tres potencias dijeron en un comunicado conjunto que batallarán unidas contra prácticas económicas, industriales, tecnológicas y comerciales que aplica China para ganar competitividad.
En una inusual muestra de cooperación internacional económica de Estados Unidos, su representante comercial, Robert Lighthizer, pactó con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, y el ministro de Economía de Japón, Hiroshige Seko, «fortalecer» el compromiso por un comercio mundial «parejo».
Washington quiere castigar a China por subsidios a su producción, incluida la de acero y aluminio, y por no respetar los derechos de propiedad intelectual. «Estuvimos acercándonos a China para decirles que realmente deben empezar a respetar las reglas de juego», dijo de su lado Malmström a periodistas.
El pronunciamiento se realizó en Buenos Aires durante la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a la cual la administración del presidente Donald Trump le reclama más severidad.
La declaración censura la excesiva actividad de sectores industriales clave que, además, consideran exacerbada por acciones «distorsivas» de los gobiernos. Entre esas acciones mencionaron el financiamiento gubernamental de la expansión de la capacidad productiva, subsidios en grandes mercados, empresas estatales y forzosas transferencias de tecnologías exigidas a las empresas que se instalan en esos países.
La decisión trilateral fue tomada mientras los 164 ministros de la OMC negocian acuerdos que permitan reanimar a la alicaída y presionada organización rectora del comercio mundial. «El vaso está casi vacío» decía a última hora del lunes Susana Malcorra, que preside la conferencia ministerial de cuatro días que concluye el miércoles.
Ministros y técnicos discuten normas y eventuales acuerdos sobre diversas áreas, entre ellas servicios, subsidios a la pesca, comercio electrónico, normas para pequeñas y medianas empresas y facilitación de inversiones. Sin embargo, miembros de las delegaciones coinciden en que los avances serán modestos.
«Hay diferencias fundamentales entre los miembros de la OMC», dijo el canciller de Chile, Heraldo Muñoz a medios de su país. Descartó avances en materia de subvenciones agrícolas. «Sería iluso pensar en eso», dijo y aseguró: «no habrá acuerdo». Estimó que, a lo sumo, lo más probable es algún acuerdo contra la pesca ilegal y, tal vez, sobre comercio electrónico.
Fatalismo. Ya semanas antes del inicio de la conferencia de Buenos Aires, el clima era fatalista.
Ese pesimismo, según analistas y políticos, es atribuido a que Estados Unidos, otrora uno de los motores de la OMC, es hoy su más poderoso cuestionador.
En su intervención ante el plenario, Lighthizer dijo que la OMC se ha alejado de su «esencia». Se quejó de que, por los reglamentos de la entidad, cinco de los seis países más ricos de mundo reciben ventajas que son para economías en desarrollo. Aunque no las mencionó, sus palabras parecieron orientarse hacia naciones como China e India.
Expertos y gobernantes admiten que sin apoyo de la mayor economía mundial, es difícil sacar a la OMC de su letargo. Trump, que asumió en enero, retiró a Estados Unidos de tratados o ha obligado a renegociarlos. La OMC también está anémica. Lleva casi 10 años paralizada en su intento emprendido en Doha en 2001 para liberalizar el comercio mundial. Aún así, su director general, Roberto Azevedo, dio este martes una visión algo más optimista.
Mas comercio. «Hemos visto un alto nivel de apoyo para nuestro trabajo», dijo Azevedo durante un foro empresarial, el primero de la historia de las reuniones ministeriales de la OMC. Azevedo aludió a que el mensaje del presidente argentino, Mauricio Macri, a la OMC del pasado domingo refleja su idea sobre el futuro de la entidad.
«Los problemas de la OMC se resuelven con más OMC, no con menos OMC», dijo entonces Macri. Pese a las críticas a la OMC, al proteccionismo de Trump, el comercio mundial tiene buena salud, según el Fondo Monetario Internacional. Un informe de la entidad proyectó el mes pasado un crecimiento de 4,2% en el comercio mundial de bienes y servicios en 2017. En el año anterior el crecimiento había sido de 2,4%.