La Habana, Cuba. La bandera de Cuba una estrella blanca sobre fondo rojo junto a franjas azules y blancas está lista para ser izada el lunes fuera de la misión diplomática del país caribeño en Estados Unidos, por primera vez desde que ambos países rompieron relaciones en 1961.
Aunque no está prevista alguna ceremonia formal en su contraparte en La Habana, la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba también se convertirá plenamente en embajada justo después de la medianoche, cuando los dos enemigos de la Guerra Fría decidan entrar formalmente en una nueva era de acercamiento, a pesar de que los divide un profundo abismo ideológico.
“Es un momento histórico”, dijo el diplomático y analista cubano Carlos Alzugaray, quien agregó que ahora comienza el trabajo verdaderamente difícil: resolver disputas espinosas, como reclamos mutuos en busca de reparaciones económicas, la insistencia de La Habana en poner fin al embargo comercial de 53 años y las exigencias estadounidenses a que Cuba mejore sus derechos humanos y la democracia.
“La importancia de la apertura de embajadas es que se puede ver confianza y respeto: ambas partes tratándose con confianza y respeto”, agregó Alzugaray.
“Eso no quiere decir que no va a haber conflictos, es seguro que habrá, pero la forma en que se tratarán los conflictos ha cambiado por completo”.
Cuba planea una realizar una ceremonia solemne el lunes por la mañana en su misión señorial en Washington DC, con unos 500 invitados, entre ellos una delegación de 30 representantes diplomáticos, culturales y de otros tipos de la nación caribeña, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.
El gobierno de Estados Unidos estará representado por la subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson quien encabezó la delegación estadounidense durante seis meses de negociaciones que condujeron al anuncio del 1 de julio sobre la reapertura de embajadas y Jeffrey DeLaurentis, el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, quien ahora será encargado de negocios.
Rodríguez tiene previsto reunirse el lunes más tarde con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
Las autoridades norteamericanas han dicho que la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana no izará inmediatamente la insignia de las barras y las estrellas, sino que esperará a agosto, para una ceremonia formal que se espera que sea encabezada por Kerry.
No obstante, ya se han perforado agujeros en el exterior del edificio de donde se colgarán letreros traídos desde Estados Unidos y ya se hicieron los arreglos para imprimir nuevas tarjetas de presentación y papeles membretados que leen “Embajada” en lugar de “Sección de Intereses”.
Lo que durante años fue un asta de bandera solitaria fuera del edificio vítreo de seis pisos en el Malecón de La Habana, un boulevard marítimo, fue rehabilitada recientemente, con todo y una calzada repavimentada.
Cada día durante la última semana, los empleados de la sección han colgado en una valla letreros en español escritos a mano donde han hecho la cuenta regresiva, como uno que decía recientemente: “En seis días seremos una embajada”.