Efectivo lenguaje de la desnudez

Efectivo lenguaje de la desnudez

Horacio

agua chispeante cae manzana verde jugosa que coloca mesa negra 1304 3021

Donde su alma more en estos momentos, Eva, la del Génesis, se sentiría orgullosa de su descendiente dominicana Wendy Josefina, que para obtener el fruto que le prohibían, y que en ese momento eran sus prestaciones como ex empleada pública, logró que la exposición de su anatomía sin ropa de por medio abriera las puertas que sin ser del Paraíso pertenecen a las glorias del poder, que no otra cosa es el Palacio Nacional.

No la mandaron a pasar con tal carencia de atuendos.

Pero un acelerado jefe de burocracia, quizás con el sonrojo que a veces causan las partes pudendas, ordenó librarse de ella y de su escandalosa forma en pelotas de reclamar pagándole lo que le debían.

En el caso de la primera mujer de la creación, poco se sabe del papel que en el comienzo de los tiempos pudo haber jugado para éxitos personales su exhibición en crudo del cuerpo, visible a plenitud solo porque participaba en un episodio demasiado adelantado a la invención de la ropa.

Tampoco está claro que sus atributos carnales fueran el leitmotiv para la primera aceptación por Adán de una manzana, divinamente proscrita para entonces. Sin embargo, para los mal pensados de todas las épocas, el verdadero encanto seductor del brindis que torció el destino de la humanidad tuvo más que ver con los dones naturales de la compañera que con los dulces sabores de la flora.

En todo caso, como pionera del «streaking», moda que vino después y consiste en mostrarse públicamente tal cual se llega al mundo, la pareja de Adán debe su privilegiado lugar en la historia del género humano a haber presidido el relato bíblico que más simboliza las debilidades de los sucesivos mortales por las cosas que no por apetecibles están permitidas. En eso consiste su perennidad.

Mientras haya bípedos seducibles sobre la faz de la tierra, o llenos de una maldita gana de protestar en total ruptura con los usos y costumbres, la imagen del primario ser que provino de una costilla aparecerá en las imaginaciones.

La Lady Godiva, inglesa de la era medieval, recurrió también al desvestimiento absoluto con unos fines más altruistas y abarcadores pero su benévola aparición por las calles de su poblado también devino en perjuicio del marido, como en la historia del comienzo de la creación.

Si en el caso de Adán el resultado fue su expulsión con todo y mujer del paraíso, la anglosajona, según la leyenda, consiguió que su consorte, el Conde Chéster, se despojara de abundantes riquezas en beneficio de sus vasallos con tal de seguir siendo el único en verla, en el confort de la privacidad, sin ningún ocultamiento de epidermis.

Los biquinis, tan comunes y de poco cubrimiento en playas y otros lugares públicos, indican por el momento que solo la desnudez sin excepción de superficie (al ciento por ciento) convulsiona y pone los pelos de punta con capacidad para precipitar decisiones de despachos favorables a quien use su cuerpo, tal cual, como arma de persuasión.

No descartan los profetas modernos que el lenguaje sin palabras, pero de elocuente exposición de espacioss corporales al que apeló la dama reclamante para lograr el desembolso de indemnizaciones, se popularice como estilo y que el nudismo en pleno frente de la sede del Gobierno deje en la obsolescencia el fragor de multitudes en la Plaza de la Bandera.

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