En los Estados Unidos, el Comité Federal de Mercado Abierto, integrado por 12 individuos que se reúnen nueve veces al año, encareció el dólar, subió los tipos de interés en 25 puntos básicos, con el mensaje de que la recesión es historia, que los estadounidenses y ciudadanos de otros países están en condiciones de pagar más caros los créditos y las hipotecas. En el caso dominicano habría que ver si es cierto, lo dejo para otro trabajo para ocuparme de los efectos financieros y reales del cambio de rumbo de la política monetaria mundial; habrá ganadores y perdedores.
Debemos cuidarnos del impacto financiero de la revalorización del dólar frente al euro, yen japonés, libra esterlina, y la expectativa de que es inicio, que continuarán los aumentos de interés en 2016, hasta acumular 125 básicos. Se teme que los capitales emigren al dólar y se reduzcan las inversiones en mercados de riesgos. El riesgo para República Dominicana es que la disminución del diferencial de interés (tasa prime en los Estados Unidos menos la del Banco Central), si se mantiene, acelere la depreciación del peso más allá de lo programado, lo que sería mala la noticia para los endeudados en dólares, la deuda del gobierno por ejemplo, aumentaría convertida en pesos.
Para eliminar el riesgo los sectores públicos y privados deben trabajar de manera combinada. Por el lado del sector público, son necesarias tres políticas: uno, revisar hacia arriba la tasa de política monetaria, que estoy seguro sucederá pronto; dos, evitar el deterioro de las finanzas públicas y acumular más deuda. Debe ponerse “candado, un guachimán, al balance fiscal”; y tres, acelerar la desdolarización de la deuda, lo que implica reducir la proporción en dólares.
El sector privado debe aprovechar el efecto real, me explico. Como el dólar vale más, se encarecerán los productos exportados desde los Estados Unidos y con los importados sucederá lo contrario. Ganamos competitividad al abaratarse lo que enviamos a los Estados Unidos, una oportunidad para aumentar volúmenes.
El Comité aumentó el dólar cuando consideró que el crecimiento económico en los Estados Unidos era lo esperado, pero resulta que la economía mundial cancanea, Europa anémica, estancados o en recesión los países emergentes, China muy por debajo de su potencial, y la Cepal diciendo que es inestable el panorama para América Latina y de manera particular para Sudamérica.
Nosotros salimos bien parado, pronostica que nuestro PIB crecerá 6.6% en 2015 y 5.2% en 2016, agrego, condicionado a que el petróleo se mantenga deprimido. Los estudios dicen que los aumentos de interés en los Estados Unidos y del petróleo reducen nuestras actividades económicas y el crecimiento del PIB, que por mucho el petróleo tiene mayor impacto. La buena noticia es que el petróleo se mantendrá deprimido por el exceso de oferta de dos millones de barriles/día, con expectativa de aumentar, los iraníes entrarán al mercado con un millón adicional y Libia reclama su cuota. De hecho el viernes pasado cayó a 37 dólares/barril, casi una cuarta parte del nivel máximo de 143 dólares/barril de 2008.
Es decir, si hacemos nuestra tarea podemos estar en el grupo de países ganadores.