Algunos creen, otros no, que de los saudíes y kuwaitíes es la estrategia de reducir los precios para no perder cuota en el mercado y quebrar a los nuevos productores norteamericanos, que necesitan sobre 55 dólares el barril. Sin importar de quién es la paternidad, lo cierto es que Obama y Wa- shington, que programan convertir a los Estados Unidos en el mayor productor mundial para el 2020, están dispuestos a posponer la fecha, si logran lo que las sanciones económicas no pudieron: asfixiar, con pronóstico de muerte financiera y política, tanto a Maduro como a Putin.
El crudo WTI, liviano y de alta calidad para refinar, de referencia en República Dominicana, el pasado viernes se cotizó en 57.81 dólares barril, 42% por debajo de los 99.36 dólares de la primera semana de enero del 2014. Cuando el petróleo cae de esa manera se generan beneficios directos e indirectos, una bendición para nosotros, porque en el corto plazo aumenta la renta disponible en hogares y empresas, favoreciendo la demanda agregada y el crecimiento del PIB. Asumiendo que el petróleo se mantendrá deprimido por un largo periodo, para la economía dominicana los beneficios directos podrían ser los siguientes.
Menores precios de las gasolinas, gasoil y GLP, también de la tarifa eléctrica. Aunque conviene compartirlo, es probable que el gobierno se decidirá por usar el ahorro de la caída del petróleo para reducir el subsidio de la CDEEE. Si es así no se reflejará en la tarifa. En cuanto a los beneficios indirectos, habría que esperar la reducción de los costos de producción de las empresas y que se traspasen a los precios de los productos que se venden en mercados, supermercados, colmados y establecimientos en general.
Revisemos las estadísticas. Cuando el petróleo disminuye 10%, el precio de la gasolina regular se reduce en 5%. Lo mismo con el gasoil. Aplicado a la caída del petróleo de 42%, implica que el galón de gasolina regular y de gasoil debe reducirse en 21%. Esta semana (del 13 al 19 de diciembre) por la gasolina y gasoil regular pagamos RD$185.70 y RD$165.10, en la primera semana (del 4 al 10 de enero) del 2014 el costo fue de RD$232.80 y RD$213, se redujeron 21% y 23%, respectivamente. Como los tres cambios porcentuales son similares, se concluye que la caída (42%) del petróleo se traspasó casi totalmente a los precios internos de la gasolina y gasoil regular, si existe algún retraso es poco, no más de 3.31%, la devaluación del peso en 2014.
En cuanto a los cambios en el Índice de Precios al Consumidor, el petróleo y la electricidad explican la tercera parte. En junio, cuando el petróleo comenzó a bajar, la inflación anualizada era de 3.68%, cayendo a 2.68% a final de noviembre. De la disminución de la inflación en 1%, la caída del petróleo es responsable de 0.33 puntos porcentuales.
Para finalizar otro cálculo. Cuando el petróleo se reduce 10%, aporta 0.5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB. La caída del petróleo en 42% debió agregar dos puntos porcentuales al crecimiento de la economía, podría ser la explicación que falta al anunciado crecimiento de 7% cuando se esperaba 5%.