PUERTO PRÍNCIPE, (AFP) – Animadores convocan a la población en los barrios pobres, otros entregan muebles en su antigua casa y los habitantes sacan viejos retratos: en Puerto Príncipe los haitianos prepararan, en medio de gran «efervescencia», el regreso del ex presidente Jean-Bertrand Aristide.
«Hay una verdadera expectativa popular. A pesar de que no hay una fecha oficial (para su regreso), la gente se prepara con efervescencia», dice René Civil, uno de los más fieles seguidores de Jean-Bertrand Aristide, el ex sacerdote de los suburbios pobres que fuera dos veces presidente de Haití y derrocado en ambas ocasiones.
En los barrios pobres de Puerto Príncipe, donde aún tiene muchos seguidores, varios activistas golpean en las puertas de las casas para que el mayor número de personas participe de la fiesta por el regreso de Aristide, el mismo día en que llegue al aeropuerto Toussaint Louverture de la capital.
«Algunos limpiarán las calles, otros están preparando su residencia, nosotros organizaremos una hermosa fiesta», asegura Civil, quien adula tanto al ex presidente que acaba de imitar hasta el tono de su voz y sus gestos.
En efecto, en la casa del ex presidente, situada cerca del aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, oculta por grandes muros, hay obreros reparando las habitaciones mientras se entregan muebles. Los residentes del barrio comenzaron a sacar los retratos de «Titid».
Ancyto Félix es uno de los infatigables manifestantes que está presente en todas las reuniones para defender la posibilidad de que Aristide regrese a su país. Anunció una manifestación para el viernes en Puerto Príncipe «para preparar el regreso», explica a la prensa, de pie ante un retrato gigante de Aristide.
«Se está preparando la comida», destaca una portavoz de Aristide, Maryse Narcisse. En el gran edificio de la Fundación Aristide para la Democracia, erigido en el barrio de Tabarre, al norte de la capital, también comienzan a reaparecer los miembros de su partido.
El regreso de Aristide al país, tras el menos esperado del ex dictador Jean-Claude Duvalier, es aguardado en varios barrios, pero también temido, sobre todo por aquellos que contribuyeron a derrocarlo.
Jean-Betrand Aristide, de 57 años, ex opositor a la dictadura de los Duvalier (1957-86), fue elegido presidente del país en 1990, y ocho meses después fue desplazado por un golpe de Estado.
Volvió al poder en 1994, gracias a una intervención militar de Estados Unidos. Reelecto en 2000, fue obligado a exiliarse en febrero de 2004. Washington y París le reprochaban sobre todo su incompetencia. Sus colaboradores más cercanos y él mismo prefieren hablar de «secuestro».
La elección de René Préval en 2006 le devolvió a sus partidarios, que votaron ampliamente por el ex primer ministro de «Titid», la esperanza de que su líder regresara al país.
Pero la esperanza duró más de cinco años. Recién al final de su mandato, el presidente Préval decidió otorgarle estos últimos días un pasaporte diplomático a su ex camarada.
A pesar de la distancia, Aristide nunca estuvo lejos de Haití: difundió en Puerto Príncipe a través de diferentes mensajes su visión de la actualidad del país.
Aristide explicó en enero en un comunicado que quería volver por razones de salud y «para contribuir a servir a (sus) hermanos y hermanas haitianos» en el ámbito de la educación.