La República Dominicana, pese a los tropiezos que da en distintos campos, está involucrada en un proceso de integración comercial y de apertura global y es evidente que entre sus compromisos, se destaca el aplazado Tratado de Libre Comercio firmado con los Estados Unidos y Centroamérica (TLC).
Esa situación ha provocado, con muy buen juicio, que se haga necesario dotar a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) de los mecanismos que simplifiquen y eficienticen el cobro de los impuestos.
No hay duda alguna de que en el país existen aún cargas tributarias obligadas a desaparecer, pues es imposible mantener su costo recaudar-recaudado. Es decir, que cuesta al Estado más dinero recaudar lo que señalan algunas leyes que cuanto esa leyes en realidad producen.
Tomando en cuanta esa situación, el Poder Ejecutivo preparó un proyecto de ley de «Eficiencia Recaudatoria», proyecto que fue aprobado por la Cámara de Diputados, después de algunas modificaciones que le introdujo la Comisión de Finanzas.
Ese proyecto, hoy descansa en el Senado y se espera que los legisladores puedan aprobarlo antes de que concluya la legislatura actual. O, en caso contrario, lo hagan en la venidera.
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Es claro que el aparato que rige la DGII necesita modificaciones. Reclama modernizarse a la carrera, sobre todo, para reducir sus costos operativos, dado que existen situaciones hasta risibles en esta época.
Resulta inexplicable, por ejemplo, la exigencia de sellos para determinados documentos, sellos que resultan costosos al Estado, a veces más costosos que la operación que se legaliza. Esos pagos pueden realizarse amparados en recibos expedidos por el organismo fiscal, abaratándose la operación al tiempo que se ofrece hasta un mejor control administrativo.
Hoy la DGII cuenta con modernos y sofisticados equipos computarizados y dispone de un personal capacitado, bien entrenado.
Aún con la existencia de leyes tributarias que en muy poco o nada benefician al Estado, la DGII ha mostrado marcada eficiencia, aumentando, en forma sostenida, su nivel recaudatorio.
El proyecto de la ley de «Eficiencia Recaudatoria» que estudia la Cámara Alta no deja cabos sueltos ni situaciones al azar.
Por el contrario, como instrumento moderno, al servicio del contribuyente, se vale de la gestión electrónica u «oficina virtual» para ayudar al contribuyente. Este podrá pedir a la DGII el registro de códigos de identificación y acceso (PIN) para el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Entre esas obligaciones se cuentan la realización de declaraciones juradas, consultas, liquidación y pagos de tributos «así como cualquier otra gestión o servicio disponible a través de medios electrónicos como la Internet, en la dirección electrónica habilitada por la DGII para tales fines».
La propia DGII se encargará de regular y controlar todo lo relacionado con esta «oficina virtual» y lo que es muy importante, al asignar un código de identificación al contribuyente, protegerá a este guardando la más estricta confidencialidad de los datos que se suministren o requieran.
Entendemos que el proyecto de ley de «Eficiencia Recaudatoria» ofrecerá excelente beneficios a la nación y por eso es importante que el Senado lo convierta en ley para que comience a ejecutarse.