Eficiencia y ahorro

Eficiencia y ahorro

El director general de Impuestos Internos, Juan Hernández, ha formulado una declaración que demuestra que en este país se pueden mejorar los ingresos fiscales sin necesidad de imponer nuevas cargas. El organismo a su cargo espera cerrar el presente año con un superávit de RD$17,000 millones. Más que eso, espera que en el 2009 la evasión, que actualmente es de un 26% quede reducida a solo un 6.6%, es decir, un veinte por ciento de su nivel actual. Y aunque hemos tomado como ejemplo a la DGII, en realidad la eficiencia no es una prenda exclusiva de esa oficina, pues condiciones similares adornan a la Dirección General de Aduanas.

Está visto, por este comportamiento, que el país no necesita crear nuevos impuestos para aumentar sus recaudaciones, sino mejorar la eficiencia de sus agencias de recaudación por un lado y suprimir los gastos innecesarios o excesivos por el otro lado. La DGII y Aduanas son excepciones de una regla ancestral que ha caracterizado por deficientes a la mayor parte de los organismos del Estado, sean recaudadores o no. La eficiencia de las agencias que hemos tomado como ejemplo debería ser tomada como prototipo para ser adaptada a otras instancias del Estado que no tienen entre sus mejores prendas el criterio de austeridad y buen desempeño. Hay que  generalizar la eficiencia administrativa y el sentido del ahorro.

 

Declaraciones que alivian

El secretario de Estado de la Unión Europea en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Diego López Garrido, ha despejado los temores de que millones de inmigrantes en Europa vayan a ser deportados en base a nuevas normativas sobre la materia. Su declaración ciertamente alivia las negras expectativas que se habían generado por informaciones realmente preocupantes.

La población de inmigrantes latinos en Europa es bastante numerosa. Los dominicanos tenemos en el viejo continente una nutrida y laboriosa representación que sustenta con sus remesas a las familias dejadas aquí. Aterra el solo hecho de medir las consecuencias que tendría para numerosas familias  una repatriación masiva como la que pronosticaban algunos. La declaración de López Garrido concuerda con la sensibilidad y necesidad de mano de obra que tienen los países de Europa en áreas importantes de sus economías. Enhorabuena.

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