Seúl. AFP. El hasta hace poco tiempo influyente tío del máximo líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, fue ejecutado, anunció hoy la agencia estatal de prensa KCNA, que lo calificó de «traidor».

Jang Song-Thaek, de 67 años, había sido condenado a muerte poco antes por un tribunal militar especial, indicó KCNA, según los despachos de la agencia recibidos en Seúl.

KCNA indicó que fue declarado culpable de crímenes «como el intento de socavar al Estado con todo tipo de intrigas y métodos despreciables, con una ambición salvaje por tomar el poder supremo de nuestro partido y del Estado».

«Si se confirma, este es otro ejemplo de la brutalidad extrema del régimen de Corea del Norte», declaró la portavoz del departamento de Estado norteamericano Marie Harf, y agregó que Washington seguía de cerca los acontecimientos.

La presidenta surcoreana Park Geun-Hye acusó a Kim Jong-Un de recurrir a un «reinado de terror» para fortalecer su liderazo. A su vez, el ministerio surcoreano de Unificación expresó su «profunda preocupación» por lo ocurrido.

Corea del Sur se preparará para enfrentar «todas las posibilidades en el futuro» al tiempo que seguirá trabajando junto con sus aliados ante esta situación, señaló el ministerio en un comunicado. La destitución de Jang, así como la ejecución de dos de sus asesores, habían sido anunciadas la semana pasada por el servicio de inteligencia surcoreano.

El lunes, Corea del Norte confirmó oficialmente la destitución de Jang Song-Thaek por haber cometido «actos criminales» y haber estado al frente de «una facción contrarrevolucionaria». El Partido de los Trabajadores, único, tras una reunión el domingo anunció haber «eliminado a Jang» de sus filas y «purgado su clan».

El régimen aseguró que Jang Song-Thaek había formado un grupo sedicioso en el interior del Partido y nombró a fieles seguidores en puestos estratégicos para alimentar sus ambiciones políticas.

A su vez, los medios de prensa oficiales calificaron a Jang Song-Thaek de «escoria humana (…) peor que un perro», y lo acusaron de mantener «relaciones inapropiadas» con mujeres y de sufrir la influencia del «modo de vida capitalista».

«Ideológicamente enfermo, extremadamente ocioso y displicente, consumía drogas y malgastaba moneda extranjera en casinos durante viajes al exterior pagados por el partido», fueron algunas de las acusaciones escritas por KCNA.

Unos dos años después de que Kim Jong-Un, de unos 30 años de edad, asumiera el poder, esta purga en la cumbre le permitiría cerrar filas a su alrededor frente a Corea del Sur y a los occidentales que acusan al gobierno de Pyongyang de desarrollar misiles intercontinentales capaces de transportar armas nucleares, señalan expertos. Kim Jong-Un sucedió a su padre Kim Jong-Il tras la muerte de éste en diciembre de 2011.

Kim Jong-Il presidía la Corea comunista desde el fallecimiento en 1994 de su padre Kim Il-Sung, fundador de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) en 1948. Casado con la hermana de Kim Jong-Il, Jang Song-Thaek era vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional, considerado como el órgano de decisión de mayor poder del país. Su caída en desgracia había sido mencionada a nivel de rumores en 2009, 2010 y 2011.

En 2004 tuvo una prolongada «reeducación» en una planta siderúrgica tras haber sido acusado de corrupción, un procedimiento habitual en el juego del poder en Corea del Norte, luego de la cual volvió al primer plano del escenario político al año siguiente.

Su influencia se extendió considerablemente luego del ataque cerebral de Kim Jong-Il en 2008 y su muerte tres años después. Los medios de comunicación norcoreanos incitaron el martes pasado a la población a unirse en torno de su líder Kim Jong-Un.

Uno de ellos, el diario Rodong Sinmun, advirtió que Corea del Norte «jamás perdona a los traidores». Los analistas estimaron entonces en ese contexto que la súbita destitución del número dos oficioso del régimen podría provocar una inestabilidad en el país.