Ejecutarán líder organizó ataque

Ejecutarán líder organizó ataque

TOKIO (AP).- El ex líder de una secta que organizó el letal ataque con gases contra el subterráneo de Tokio en 1995 y una serie de otros crímenes que mataron a 27 personas, fue condenado el viernes a morir en la horca.

Shoko Asahara, fundador de la secta Aum Shinrikyo, también fue condenado por ordenar a sus seguidores producir y almacenar arsenales de armas químicas y convencionales, entre ellas gas sarín, usado en el atentado en el subterráneo.

Asahara, de 48 años, permaneció en silencio mientras le leían la sentencia. Es la 12ma. persona en ser condenada a la horca por los ataques y la decisión era esperada.

El presidente del tribunal, juez Shoji Ogawa, detalló los crímenes de Asahara antes de anunciar la sentencia, indicando que se expandieron desde asesinatos individuales «a indiscriminados ataques terroristas con el uso de armas químicas».

Los abogados del ex líder de la secta apelaron la sentencia, indicando que la fiscalía ignoró testimonios mostrando que Asahara no ordenó los crímenes, dijo el jefe del equipo de abogados de la defensa, Osamu Watanabe. La acción inicia ulteriores procedimientos legales que, según algunos expertos, podría demorar otra década.

El dictamen fue el punto culminante de un proceso que se prolongó casi ocho años. La defensa dijo que Asahara había perdido control de sus seguidores para el momento en que se registró el ataque al subterráneo de Tokio, el 20 de marzo de 1995. En el atentado murieron 12 personas, y enfermaron millares.

Pero la fiscalía dijo que se basó en el testimonio de ex seguidores de la secta, que acusaron a Asahara de haber planificado y ordenado crímenes.

Asahara también fue condenado por organizar un ataque con gas sarín en junio de 1994 en Matsumoto, en la parte central de Japón, el asesinato de un abogado enemigo de la secta y de su familia, así como el asesinato de seguidores que decidieron abandonar la secta.

En su momento de mayor esplendor, la secta Aum contaba con 10.000 simpatizantes en Japón y con 30.000 en Rusia.

El primer ministro Junichiro Koizumi dijo que estaba de acuerdo con la sentencia.

«A raíz de la gravedad del crimen, la pena de muerte era presumible», dijo Koizumi a periodistas. «Pero hubiese sido mejor que el proceso concluyese antes. Debe ser insoportable para las víctimas. Comprendo la frustración que sentían».

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