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UBI RIVAS
La empresa Cemex Dominicana que elabora cemento en San Pedro de Macorís, formalizó un acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente, el 22 de junio último, con el propósito conjunto de sanear el ex-río Higuamo.
Desde hace más de una treintena de años no existen ríos en el país, sino agotados cursos de agua, en su inmensa mayoría altamente polucionados y los que mayores índices de mortandad presentan son Yaque Norte y Sur, Yuna, Camú, Soco, Chavón, Sanate y el Higuamo.
Esos eran los principales ríos del país, conjuntamente con Mao, Bao, Amina, Neita, Masipedro y Artibonito, este último decursa hasta el vecino Haití desde la eminencia Culo de Maco, en el confín de la Línea Noroeste, una de las áreas boscosas que mejor se conserva, de la exiguas y pocas que aún quedan.
La noticia que inserta El Nacional de ese día 22 de junio, es acompañada por otra que inserta Diario Libre de ese mismo día en el que el científico norteamericano Cristian Samper, director del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, D.C. emitió el criterio de que el país ha perdido el 65% de su área boscosa.
No explica en el tiempo que nuestro país ha dilapidado su principal recurso, el alusivo a los renovables, los bosques, las fuentes hídricas que hacen posiblesel nacimiento de las cabezadas de agua, arroyos y finalmente ríos.
Pero experticios muy recurrentes, de varios profesionales en la materia, coinciden en que en realidad a partir de los tiros redentores del 30 de mayo de 1961 en que se quebraron en el país y hasta hoy los diques del respeto no solamente a los bosques, sino a todo, absolutamente a todo, se han dilapidado más del 90% de las áreas boscosas y aún restan apenas menos de un diez por ciento.
Ningún gobierno, a partir del ajusticiamiento del generalísimo Rafael Leonidas Trujillo, ha implementado una política seria y coherente para resarcir el patrimonio más invaluable de una sociedad, el forestal, recordándose que en 1967 el presidente Joaquín Balaguer, cierto, ordenó por decreto clausurar los aserraderos, sierras y sinfines, pero a esa medida no aditó un programa de reforestación masivo.
No se planeó reforestar las cuencas degradadas de nuestros otroras importantes río, ni se obtemperó a la recomendación de la OEA en el experticio que hiciera en 1967 a pedido del propio presidente Balaguer, el ingeniero forestal peruano Humberto Tasaico, que este servidor de todos conoció, y que fue conducido a las estribaciones montañosas por Alfredo Ovalle, Guillermo Basilis y Diómedes Medrano, dasónomos al servicio de la Dirección Forestal.
El ejemplo pionero de Cemex Dominicana debe ser imitado por industrias afines, especialmente las agroindustriales, y en Santiago de los Caballeros por E. León Jimenes, Bermúdez, La Tabacalera, Linda, con el propósito de alta urgencia nacional de proceder a rescatar de su extinción total el Yaque del Norte, hoy agónico, en sus postreros estertores como vía fluvial.
En un gran proyecto mixto, como ha hecho Medio Ambiente con Cemex, y también el Estado concediendo una parte proporcional de impuestos para esos fines, podría iniciarse la cruzada heroica para el saneamiento del Yaque del Norte, como se hará con el Higuamo.
Central Romana poniendo de su parte para hacer lo propio con Chavón y Sanate; Induveca con el Camú; Falcombridge con Yuna, los complejos turísticos del Este con su condigna participación en esta cruzada de rescate de nuestras fuentes fluviales altamente contaminadas, en vías de extinción, además de por su agotamiento debido a la deforestación.
Con la estadística terrible denunciada por la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar 2005), insertada en Listín Diario el 02-01-06, de que el 13.9% de la población dominicana, es decir, 1.3 millones cocina sus alimentos con carbón vegetal.
