La humanidad vive momentos difíciles pero, aquí, en República Dominicana, todos estamos de acuerdo en que los dominicanos tendremos una patria más unida, grande y espiritual, si somos capaces de desterrar el irrespeto, la imposición, el egoísmo, el odio, la falta de amor al prójimo, las muchas tribulaciones y cosas negativas que nos vienen golpeando y la desconfianza en que hemos estado sumergidos.
Somos un país de personas trabajadoras, hospitalarias, capaces de sobreponerse a las más grandes adversidades, amantes de la paz, por lo que el inicio de un nuevo año es el momento más indicado para todos juntos, dedicar nuestro esfuerzo y energía positiva a crear un clima de confianza que nos permita superar las dificultades que nos aquejan.
Y hay razones para que nos sintamos seguros y pongamos la fe y la esperanza en la certeza de que, unidos, venceremos los retos que tenemos por delante. Es una bella oportunidad que nos brinda el Señor y nos bastaría seguir el ejemplo de servicio y trabajo, que todos debemos emular, puesto que manifiesto en la construcción y puesta en marcha del hospital general regional «Dr. Marcelino Vélez Santana» situado en la avenida Isabel Aguiar, Santo Domingo Oeste, Herrera.
Este centro hospitalario que, de manera silenciosa pero inmensa y altruista, ha enseñado la mística, los fundamentos, el camino de la grandeza del trabajo y la humildad del servicio que es donde tiene verdaderamente sentido la vida, apenas al cumplir un año de inaugurado, el día 8 de enero del 2004, de abrir sus puertas como un ensayo de gestión, ha cumplido con todos los requisitos necesarios para poner a funcionar a toda capacidad sus instalaciones. Ello nos demuestra que los dominicanos sí podemos, que juntos podemos crecer y hacer las reales transformaciones para lograr un mundo mejor.
El municipio Santo Domingo Oeste, con una población aproximada de 750 mil habitantes, tiene en la actualidad su situación de salud resuelta al contar con el hospital regional más moderno y organizado del país.
Cuando usted entra al «Marcelino Vélez Santana» de Herrera, piensa que se encuentra frente a un gran hospital de un país desarrollado en el que todo fue debidamente planeado. No se ve un papelito y mucho menos basura por ninguna parte. Existe una supervisión constante que hace posible, incluso, que si usted no sabe a dónde debe dirigirse dentro del hospital, personal del centro le va a ayudar a encontrar la dependencia que busque o a darle las indicaciones de lugar.
Su director general le ha dado prioridad para el mejor funcionamiento y la armonía de ese centro hospitalario a la comunicación, entre pacientes, médicos, visitantes, y personal en general.
Esta institución modelo, sin fines de lucro, dirigida por un patronato integrado por sectores de la Iglesia, empresarios, gobierno, juntas de vecinos, Ongs de la salud y sectores relacionados con Herrera, ofrece servicios de emergencia las 24 horas del día, tiene servicios especializados de medicina interna, cardiología, neumología, neurología, ginecología y obstetricia, pediatría, cirugía, y ofrece servicios a unos 21 mil afiliados. Ha realizado, igualmente, alrededor de 73 mil consultas médicas, 1,300 cirugías y 1,780 madres dominicanas han visto dignamente nacer sus niños allí.
El punto más luminoso de esta gigantesca obra lo representa la clara visión que tuvo el presidente Mejía al ofrecer el apoyo necesario para que el mismo fuera una realidad, representando un triunfo para el sector salud y su gestión de gobierno, así como también el haber escogido por encima de todo, un extraordinario eficiente e idóneo hombre de servicio para llevar a buen puerto esa institución hospitalaria, como es su director general, el general de brigada piloto (FAD) Domingo A. Vargas Cuello.
Sería injusto no reconocer la labor sin descanso, seria y humanista que ha desarrollado junto a todo el personal médico y paramédico, su «patronato» de servicio y administrativo, su director general que trabaja a tiempo completo y ha contribuido al gran milagro de este centro que, además, nos deja una gran enseñanza: lo que necesitamos en los hospitales públicos son buenos administradores, que sepan trabajar en equipo, con amplio conocimiento de gerencia y reingeniería y capaces de ganarse con su ejemplo el cariño y la admiración de todo el mundo.
Su gestión en el primer año no sólo ha estado centrada a lo interno del hospital «Dr. Marcelino Vélez», su impulso, espíritu de trabajo y visión gerencial lo ha llevado más lejos, organizando jornadas médicas en comunidades y barrios pobres, como Las Palmas, El Abanico, Libertador, Manoguayabo y el hogar de ancianos San Francisco de Asis, donde a los pacientes se les ha dado, sin costo alguno, todos los medicamentos, donde se conoce de cerca las necesidades más urgentes de sus moradores y donde se puede detectar a tiempo enfermedades contagiosas e incurables, para trasladar a esos pacientes al hospital Dr. Marcelino Vélez para ser tratados con más alta tecnología. Ha instalado en el sector de Las Palmas el primer centro de atención primaria, descentralizando las labores del hospital, creando conciencia en esa comunidad de que la medicina preventiva es una necesidad que nos ahorra dinero, recursos humanos y sufrimientos.
Igualmente, con su tenacidad y dedicación, ha puesto en marcha recientemente el departamento de hemodiálisis que llena un gran vacío en la población.
Son muchos los logros en su primer año de gestión, pero lo que más me admira de su director general es su humildad, su humanismo y capacidad de amor para tratar y socorrer a tantas personas necesitadas que acuden diariamente a ese centro en busca de salud. Una persona altamente disciplinada, con un alto nivel de respeto al prójimo, celoso en el desempeño de sus funciones, pero sin atropellar a nadie y menos, cometer excesos.
Una gestión así, cargaba de armonía, humanista, ejemplo de servicio y trabajo merece el reconocimiento público y el apoyo del pueblo. El hospital doctor Marcelino Vélez plantea un gran reto al sector Salud Pública porque deja establecido con su ejemplo que cuando las instituciones públicas tienen dolientes, se trabaja con dedicación y los recursos asignados son administrados con celo, todo funciona mejor, y se pasa de una gestión de ensayo a ser un hospital modelo.
Nada concientiza más que el letrero colocado a la entrada principal del hospital: Este hospital es tuyo, cuídalo».