Ejemplos de guerra psicológica

Ejemplos de guerra psicológica

HAMLET HERMANN
¿Qué pudo haber llevado a algunos sectores de la izquierda dominicana a desaparecer del escenario político? ¿Fue esto producto de su indigencia política o el resultado de la guerra psicológica desatada por los enemigos de nuestro pueblo, nacionales y extranjeros? Tres ejemplos podrían acercarnos a comprender parte de un problema que todavía nos afecta.

1- Las Fuerzas Armadas asesinaron a Manolo Tavárez Justo y decenas de sus compañeros en diciembre de 1963. Los planteamientos que ocuparon entonces la opinión pública estuvieron orientados a culpar por ese hecho a un sector de la Agrupación Política “14 de Junio” conocido como “ La Infraestructura ”. Raras veces los medios de comunicación responsabilizaron al gobierno golpista por ese genocidio. Tampoco se establecieron responsabilidades sobre los militares de la Fuerza Aérea que desnudaron y asesinaron a sangre fría a veinticinco jóvenes que representaban lo mejor de la juventud dominicana. Dejándose arrastrar por una campaña difamatoria, el “14 de Junio” se diluyó entonces en discusiones y acusaciones internas. ¿Casuales o dirigidas? Por tal razón, esa organización hibernó durante el gobierno golpista y despertó el 24 de abril de 1965, sorprendida por el éxito de la conspiración de los militares constitucionalistas. Entonces, sólo entonces, se integró a la lucha aunque sin haber restañado las heridas previas provocadas por la guerra psicológica. Aún en pleno enfrentamiento con el invasor estadounidense, un sector del “14 de Junio” continuó acusando a sus compañeros de partido como responsables de la muerte de los insurrectos de 1963.

2- Los principales dirigentes de los Comandos de la Resistencia fueron asesinados con saña el 12 de enero de 1972. De inmediato, la maquinaria propagandística oficial publicó con interpretación amañada, un documento supuestamente escrito por las víctimas de esa masacre. Con extremada mala fe, colocaban la responsabilidad por la muerte de esos cuatro revolucionarios sobre el ex presidente Caamaño, quien se encontraba en Cuba preparándose para combatir al régimen despótico de Balaguer. Otra infame acusación de responsabilidad por ese exterminio recayó injustamente sobre el gobierno revolucionario cubano. La prensa del sistema se ocupó de eximir de esas responsabilidades al presidente Balaguer y a los principales jefes militares que dirigieron esa brutal operación. El proyecto revolucionario de Caamaño perdió aquel día el indispensable vínculo que necesitaba dentro del país para la lucha liberadora. Todavía en 2008 se sienten los efectos de esta infamia entre personas que alguna vez militaron en la izquierda y tuvieron, en otra época, actitudes consecuentes. Dado el éxito de esa infame fase de la guerra psicológica, muchos de los traidores y renegados de la lucha revolucionaria se refugian todavía hoy bajo el estandarte de los Comandos de la Resistencia para tratar de justificar su cobarde deserción. ¿Casual o dirigido?

3- Durante la jornada guerrillera de 1973, Caamaño y otros compañeros fueron asesinados a sangre fría por militares luego que los capturaran heridos. Otra vez la propaganda generada alrededor de estos crímenes trataba de eximir de responsabilidad al presidente Balaguer y obviaba los nombres de los principales jefes militares que dirigieron esa otra brutal operación. La guerra psicológica se empeñó entonces en acusar a Juan Bosch de haber traicionado a Caamaño y, como consecuencia, ser factor de importancia para su muerte. El debate interno en el Partido Revolucionario Dominicano empezó a girar alrededor de la supuesta traición de Bosch y el descrédito se desarrolló con fiereza contra el líder. ¿Casual o dirigido? Imposibilitado de frenar esta avalancha de oprobios orientada desde el Poder Ejecutivo, Bosch abandonó el PRD y formó un grupo político que adoptaría el nombre de Partido de la Liberación Dominicana. El sistema propagandístico se encargaría de que Bosch nunca pudiera quitar de sus hombros tan infame acusación alentada por Balaguer. Paradójicamente, el PLD de estos tiempos asume al verdugo de su líder como paradigma.

Estas fueron tres campañas mentirosas orientadas hacia la descalificación de organizaciones que luchaban por el bienestar de la nación dominicana. Fruto de aquellas campañas, los remanentes de la izquierda estúpida se venden hoy a precio de propina para tratar de maquillar las posiciones de extrema derecha del gobierno actual. Y sirven de instrumento para continuar con el descrédito de los verdaderos próceres de la patria.

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