Ejercicio de equilibrismo para Obama en su visita al este de Asia

Ejercicio de equilibrismo para Obama en su visita al este de Asia

TOKIO. El presidente estadounidense Barack Obama que inicia el miércoles en Japón una gira por Asia tendrá que hacer malabarismos entre las disputas históricas y geopolíticas regionales que complican las ambiciones de Estados Unidos en la región. Tendrá que tranquilizar por un lado a sus aliados asiáticos respecto al compromiso de Estados Unidos, pero sin ofender a China.

Por otro lado, tendrá que reforzar la relación vital con Japón, teniendo en cuenta la irritación de Pekín o de Corea del Sur. En definitiva, tendrá que tomar partido… sin tomar partido. En vísperas del viaje de Barack Obama dos hechos ilustraron las tensiones en la región. Las autoridades japonesas conmemoraron a los soldados muertos por Japón en el polémico santuario de Yasukuni de Tokio, donde reposan los restos de 2,5 millones de militares, entre ellos los de 14 criminales de guerra condenados por los aliados tras la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial, lo que provocó la ira de China y Corea del Sur.

El lunes el primer ministro, Shinzo Abe, hizo depositar una ofrenda floral y el martes 150 parlamentarios se trasladaron hasta el santuario para rendir homenaje a los militares. El sábado pasado, China embargó un buque comercial japonés debido a un diferendo que se remonta a antes de la guerra, provocando la reacción de Japón que advirtió que el incidente ponía en peligro la «normalización» bilateradisputal concluida en 1972. Las relaciones entre China, importante socio político, comercial y financiero de Estados Unidos y Japón, «protegido» por Washington que dispone allí de 50.000 soldados, son execrables desde hace un año y medio debido a un conflicto territorial en el mar de China oriental.

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