Bagdad, (AFP).- Más de la mitad de los 100 mil milicianos anti Al Qaida que ayudaron a Estados Unidos a mejorar la seguridad en Irak pasaron el miércoles bajo el control del gobierno iraquí, aun cuando el futuro de muchos de ellos causa inquietud.
«La fuerza internacional en Irak transfiere hoy la responsabilidad de los Hijos de Irak al gobierno iraquí», declaró el teniente David Russel, al indicar que el traspaso había comenzado aunque sin precisar las modalidades del mismo.
Los cerca de 54 mil miembros de las brigadas de Sahwas («despertar» en árabe) desplegados en la provincia de Bagdad pasaron en la mañana del miércoles bajo bandera iraquí, como había anunciado a comienzos de septiembre el ejército de Estados Unidos.
El resto repartidos en las provincias del norte y del centro de Irak, será transferido «progresivamente».
En todo caso ningún incidente de seguridad importante se había producido el miércoles en Bagdad, donde se celebra el fin del Ramadán, el mes de ayuno musulmán, con la fiesta del Aíd al Firt (La fiesta del cordero).
El consejero para seguridad nacional del gobierno iraquí, Mowaffak Al Rubai, destacó el hecho como «un importante éxito para la reconciliación nacional», subrayando que Bagdad estaba «impaciente por asumir esa responsabilidad».
Los Sahwas de Bagdad «recibirán su primer salario del gobierno iraquí el 31 de octubre», precisó Rubai. Dichas remuneraciones eran hasta el presente aseguradas por el ejército estadounidense, a razón de 300 dólares mensuales, lo que representaba 15 millones de dólares por mes.
Creadas en septiembre de 2006 por los jefes tribales sunitas de la provincia occidental de Al Anbar, y luego extendidas a otras zonas sunitas, asestaron duros golpes a la red islamista Al Qaida.
Los milicianos contribuyeron ampliamente en los últimos 12 meses a hacer retroceder a la organización islamista y a reducir la violencia en regiones que desde 2003 eran focos de insurrección contra los militares estadounidenses.
Dominado por los chiitas, el gobierno sigue, según algunos observadores, desconfiando de los Sahwas, pues antes de combatir junto a las fuerzas estadounidenses lucharon contra las fuerzas iraquíes y las milicias chiitas.
El gobierno iraquí se comprometió a enrolar al 20% de los Sahwas en las filas de la fuerzas de seguridad y a garantizar a los otros el acceso a empleos civiles, públicos o privados.
Pero el futuro de ese 80% restante genera preocupaciones, pues responsables iraquíes y estadounidenses temen que vuelvan a la lucha armada.
«El gobierno es capaz de administrar este traspaso y ha elaborado un plan detallado con las fuerzas de la coalición», aseguró Al Rubai, quien sin embargo no brindó ninguna precisión sobre ese plan.
«La seguridad sigue siendo nuestra prioridad número uno y seguiremos empleando a tantos voluntarios Sahwas como sea necesario, bajo el control de las fuerzas iraquíes», subrayó.
«Todos los voluntarios serán tratados equitativamente» pues el gobierno «se ha comprometido a garantizar su futuro económico», agregó.
En el barrio sunita de Adamiyah, Sahwas y soldados iraquíes se congratularon por ese traspaso, que va según ellos a fortalecer al Estado.
«Estamos muy contentos ya que desde hoy somos verdaderos representantes del gobierno iraquí», declaró Omar Samir, un Sahwa de 36 años.
«Eso es justo y merece que puedan ingresar a las fuerzas de seguridad, han hecho una buena labor», estimó por su parte el teniente del ejército iraquí Ammar Hussein, de 30 años.