Hoy 
BAGDAD (EFE).- Al menos diecisiete presuntos insurgentes murieron y otros catorce fueron detenidos durante una redada realizada por las fuerzas iraquíes cerca de Mosul, capital del norte de Irak y uno de los feudos de la insurgencia suní.
En un comunicado divulgado hoy, el Gobierno iraquí explicó que la operación comenzó anoche en una zona situada entre Mosul y la ciudad de Tal Afar, distante unos 40 kilómetros, y «continuará», sin especificar hasta cuándo.
«La campaña fue lanzada después de recibir información sobre la presencia en esa zona de numerosos grupos armados. Entre sus miembros hay ciudadanos de diferentes países árabes», se añade en la nota.
Varios testigos indicaron, por su parte, que en las últimas horas la Policía y el Ejército iraquíes emprendieron varias redadas en dicho área, donde inspeccionaron viviendas y establecieron puestos de control en las principales carreteras.
«Diecisiete terroristas, que rechazaron entregarse, murieron y catorce fueron detenidos», aseguró el comunicado, en el que se afirma que «la campaña continuará para poner fin al terrorismo en la provincia de Nínive», cuya capital es Mosul.
Otras fuentes indicaron, sin embargo, que los rebeldes fueron muertos y capturados en el tiroteo entablado tras una emboscada frente a la principal mezquita de la ciudad.
También hoy en Mosul, cuatro civiles iraquíes que viajaban en un coche murieron al explotar una bomba de fabricación artesanal que tenía como objetivo una patrulla estadounidense, informaron fuentes hospitalarias.
Un vehículo militar clase «Humvee» resultó dañado por la deflagración, ocurrida en una puente cercano a la citada localidad, explicaron las fuentes
El mando norteamericano en bagdad no ha informado si el atentado produjo bajas entre sus uniformados.
Mosul fue además, hoy, escenario de un atentado con morteros impactaron en un barrio kurdo de la ciudad, aunque sin causar heridos.
En Bagdad, tres presuntos rebeldes murieron y tres civiles -una mujer, un niño y un hombre- resultaron heridos en un tiroteo desatado en una avenida del barrio de Daura, en el sur de la capital, informaron portavoces del Ministerio iraquí del Interior.
Según el relato de los testigos, tenderos y residentes de la zona dispararon contra los atacantes, que llegaron al lugar en tres coches desde los cuales comenzaron a tirotear indiscriminadamente contra la gente que se hallaba de compras, precisaron las fuentes.
En el mismo arrabal, un grupo de pistoleros asesinaron a tiros a un oficial de la Policía que trabaja en el ministerio del Interior.
Por otra parte, responsables del Hospital Al-Zahra de la ciudad de Kut, a unos 150 kilómetros al sureste de Bagdad, indicaron que ayer lunes recibieron seis cadáveres de soldados iraquíes.
Los seis cuerpos presentaban impactos de bala en la cabeza y en el pecho y tenían las manos atadas a la espalda, agregaron las fuentes.
Además, la Policia iraquí informó de que en la última semana fueron detenidos cerca de una treintena de hombres, sospechosos de participar en secuestros, violaciones de mujeres y más de cuarenta asesinatos de funcionarios y soldados iraquíes
Algunos de ellos están vinculados con organizaciones terroristas como Al-Qaida y Ansar al-Islam, y fueron arrestados cerca de la localidad de Baladruz, 60 kilómetros al noroeste de Bagdad, detalló la fuente.
Mientras la violencia no cesa, los políticos tratan de cerrar los pactos para formar un Gobierno, esperado con expectación e impaciencia desde las elecciones del pasado 30 de enero.
Según fuentes de la Alianza Unida Iraquí (AUI), vencedora de los comicios, en los que logró mayoría absoluta, esta formación chií podría repartirse entre 16 y 17 ministerios.
La coalición kurda, segunda fuerza del Parlamento, conseguiría siete u ocho, mientras que la minoría suní disfrutaría de otros cinco.
El citado reparto otorgaría a los chiíes ministerios importantes como el de Interior y Finanzas, mientras que los kurdos tendrían el de Asuntos Exteriores, y posiblemente el del Petróleo, indicó la fuente. EFE
