Ejército protege célebre museo de antigüedades de Egipto

Ejército protege célebre museo de antigüedades de Egipto

EL CAIRO (AP) — El ejército egipcio logró asegurar la integridad del famoso museo de antigüedades de El Cairo el sábado por la mañana, protegiendo miles de artefactos de gran valor histórico, como la máscara de oro del rey Tutankamón. Un incendio iniciado por manifestantes opositores en la vecina sede del partido gobernante el viernes en la noche fue la primera señal de que el Museo Egipcio, que atrae a millones de turistas cada año, estaba en peligro.

 Docenas de potenciales saqueadores comenzaron luego a ingresar a los alrededores del museo, trepando la reja de metal o saltando al interior desde árboles de la acera que da a la institución.

Un hombre intentó exhortar a la gente que se reunía a las afueras de las puertas del museo en la plaza Tahrir y que no saquearan el recinto, gritándoles: «íNo somos Bagdad!».

 Luego de la invasión de Irak en el 2003, ladrones se llevaron miles de artefactos del Museo Nacional de Bagdad, y apenas se ha recuperado una fracción de éstos.

De pronto, otros hombres jóvenes, algunos armados con porras de la policía, formaron un cadena humana que se apostó en la entrada principal del museo en un intento por proteger las obras en su interior.

 «Estoy parado aquí para defender y proteger nuestros tesoros nacionales», dijo uno de los hombres, Farid Saad, un ingeniero de 40 años. Otro hombre, Ahmed Ibrahim, de 26 años, dijo que era importante resguardar el museo porque «tiene 5.000 años de nuestra historia. Si la roban, nunca más la encontraremos». Finalmente, cuatro vehículos armados se apostaron a las afueras del edificio color coral en el centro de El Cairo.

Soldados rodearon la infraestructura e ingresaron para proteger a las momias, estatuas de piedra monumentales, joyas de la realeza y otros artefactos de los faraones.

Los soldados parecían haber logrado detener a todos los potenciales saqueadores que habían logrado llegar a las inmediaciones del museo y los alinearon en una fila. Cuando uno de los hombres fue dirigido a la fila, una multitud fuera de la reja del museo gritó «íLadrón, ladrón!».

Un par de soldados lo golpearon luego con sus rifles y lo sentaron con los otros, quienes aparentemente fueron capturados en el interior.

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