Ekeko, deidad andina de la abundancia

Ekeko, deidad andina de la abundancia

LA PAZ, Bolivia. Cada 24 de enero miles de bolivianos le encienden un cigarro y le llevan objetos diminutos a un hombre pequeño, regordete y bigotón que para ellos representa toda su ilusión, esperanza y fe.

Se trata del Ekeko, la divinidad de la abundancia y la prosperidad, invocado por los creyentes para asegurarse bienestar material durante la fiesta de las miniaturas llamada la Feria de las Alasitas, que se celebra en La Paz, Bolivia. Ekeko también es venerado en Perú y otras regiones del altiplano andino.

“Con mucha fe he comprado mi auto, mi casita. Dios hace que las cosas se hagan realidad”, dijo Virginia Fernández mientras hacía bendecir sus miniaturas.

Los fieles creen que si uno consigue una versión en miniatura durante el año podrá conseguir el objeto real. Miniaturas de viviendas y automóviles están entre los objetos que se pueden comprar, así como teléfonos móviles, computadoras, alimentos y dólares.

Aunque los creyentes pueden comprar las miniaturas de los objetos, otra persona debe comprarles la estatua de Ekeko. Los creyentes piden que les bendigan las miniaturas en iglesias católicas y después por chamanes, quienes las “challan” con humo de incienso y alcohol.

Los hombres y mujeres también se visten como la deidad. Una mujer aymara de 51 años quien sólo se identificó como Martha C. se viste de Ekeko para que otras personas se tomen fotos con ella a cambio de unas monedas.

“Es lindo estar de Ekeko, la gente frota en mis manos los objetos que compraron”, señaló. Recientemente Bolivia envió una delegación de alto nivel a Suiza con el propósito de recuperar una pieza arqueológica denominada Ekeko que fue sacada de la ciudad arqueológica boliviana de Tiwanaku por el suizo Johann Jakob von Tschudi hace 155 años y vendida al Museo de Berna en 1929.

La estatua de la Illa del Ekeko mide 1,5 centímetros de alto por 9 de ancho y es de gran significado cultural y religioso para los pueblos indígenas de Bolivia.

La misión boliviana debe demostrar que la estatua es de Bolivia y realizar los trámites pertinentes para recuperarla. Los sueños no tienen límite en esta fiesta y las miniaturas incluyen títulos profesionales y técnicos, pero también certificados de matrimonio.

Los certificados de divorcio no están muy lejos. A los que no tienen pareja, los amigos les regalan pequeños gallos o gallinas de yeso para que el próximo año encuentren a su otra mitad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas