El “pecado” del general De la Cruz Martínez

El “pecado” del general De la Cruz Martínez

La persona que pertenece a una institución pública o privada y no aspira escalar las posiciones cimeras en la entidad no merece pertenecer a la misma, porque solo aspirando se logra la superación personal y profesional.

El general Juan Ramón de la Cruz Martínez es un consetudinario aspirante a la Jefatura de la Policía Nacional (como muchos otros oficiales). Aspiraciones legítimas, y por su larga trayectoria en la fila de la institución, la merece.

 Al frente de la Dirección de Información y Relaciones Públicas de la Policía, el general De la Cruz Martínez se granjeó muchos amigos periodistas, entre los que nos encontramos nosotros; pero también logró la admiración y respeto de buena parte de la sociedad dominicana.

 De la Cruz Martínez ha dirigido varias comandancias regionales de la Policía Nacional, y en casi todas ha recibido el reconocimiento público de sectores representativos de las comunidades donde ha estado destacado.

 Antes de estar en San Francisco de Macorís, estuvo en la provincia Peravia, Baní, y al dejar la comandancia de esa ciudad sureña, fue objeto de más de un homenaje por el desempeño desarrollado allí, de parte de entidades comunitarias.

 Luego del problema ocurrido en la ciudad de San Francisco de Macorís, donde un oficial policial asesinó a un reo que se había fugado de la cárcel local; se ha pretendido culpar a De la Cruz Martínez, y ligar ese hecho a otros que han ocurrido, como parte de una trama para hacer «saltar» de la Jefatura policial al mayor general José Armando Polanco Gómez.

 Sin embargo, personalidades políticas, religiosas y empresariales del Nordeste proclamaron su apoyo a la gestión de De la Cruz Martínez en esa región.

 Destacaron que durante su gestión, el general De la Cruz Martínez se empeñó en integrar a la comunidad en el propósito de preservar la seguridad ciudadana y garantizar el orden público en el marco de la ley, de su combate frontal al microtráfico.

 Entre las personalidades que expresaron su apoyo a De la Cruz Martínez figuran el senador Amílcar Romero, monseñor Fausto Ramón Mejía, monseñor Jesús María de Jesús Moya, Obispo Emérito; Félix M. Rodríguez, Lupe Núñez, Adriano Cruz, Miledys Núñez, Héctor Risek, Ramón Alfredo de la Cruz, José Duarte y Julio Vargas.

 Otro ejemplo de buena gestión del general De la Cruz Martínez fue cuando durante unas movilizaciones que se escenificaban en el municipio de Navarrete, Santiago, convocó a los manifestantes a preparar un «cocinao» en el curso de la protesta. Y agentes policiales y manifestantes comieron juntos.

Un oficial así es merecedor de ser conservado. Y que conste, que pese a ser amigo de De la Cruz Martínez, hace un buen tiempo no nos vemos personalmente, pero entendemos que nuestra amistad sigue intacta, ya que no hemos tenido nada que pudiera empañarla.

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