“Operación 13”, así fue bautizada por la Procuraduría General de la República, la ejecución de 15 allanamientos que terminaron con el arresto de 10 personas, por el supuesto fraude perpetrado a la lotería nacional, el pasado 1 de mayo. Entre los arrestados se encuentran: el ex administrador de la lotería (Luis Dicent) ; el invidente (Miguel Mejía) que no veía nada pero sabía todo ; y la conductora (Valentina Rosario) , en el caso de Rosario además de conductora fue cantante , al parecer cantó tan alto como el afamado tenor italiano Luciano Pavarotti en sus buenas (en paz descanse). Según las paredes de la procuraduría, que todo lo escuchan y que pocas veces hablan, la locutora cantó tanto que tuvieron que decirle que ya no siga, porque el guinness de quien dure más cantando le pertenece a Carlos Silver, aunque se le vaya la vida en el intento.
De modo que, el número 13 que siempre lo hemos observado de “lejitos” y de reojos, porque trae “mala suerte”; en el caso de estos “suertudos” que se embolsillaron 150 millones de pesos, sólo el día 1 de mayo, cuando salió el 13 en primera y en tercera; seguramente no pensaron que el 13 les trajo mala suerte. Todo salió a pedir de boca, todo el mundo con lo suyo en los bolsillos; hasta que la tecnología, el acceso a la información, las redes sociales y los chismosos que están pendiente de todo, nos permitieron saber lo que Dicent “Ignoraba”, lo que el ciego no veía y tampoco “sabia” y lo que la locutora posteriormente cantó.
La suerte viene y va, es como el dinero que viene y va, es como la vida, que llega y se va. Lo más importante de todo esto es, que con el castigo a las actuaciones fraudulentas y corruptas como esta, se demuestra que no sólo se perseguirá la corrupción del pasado, sino también la corrupción del presente. Lo que como consecuencia directa e inmediata, cambiará la suerte de todos los dominicanos. Los actuales funcionarios que cuelen su café claro, vivir en libertad no tiene precio… ¿no me creen? ¡Visiten Najayo VIP!
Suerte, buena o mala, siempre estará con nosotros. Pero tiene la forma de favorecer a los inteligentes y dar la espalda a los estúpidos. (John Dewey; filósofo estadounidense).