El 14 de febrero y el cerebro

El 14 de febrero y el cerebro

Vamos a hacer un alto en los artículos sobre el cerebro político, -que continuaremos- en razón de celebrarse el martes próximo el Día de la Amistad y el Amor.  En medio del filosofar sobre cuáles son las áreas que participan del amor, los científicos ofrecen cada vez teorías mas  disímiles de la “imbecilidad transitoria” como  definió Ortega y Gasset a ese sentimiento que llamamos amor.

Veremos científicamente por qué resulta una verdadera pero embriagadora imbecilidad.  Todos los que  hemos sido afortunados de haber estado flechados por el joven arquero,  sabemos que resulta muy grato el disfrutar de esa compleja reacción al ser atravesados por la lezna de Cupido y que debemos llamar de alguna manera y sería  ¨enamoramiento¨.

Sabemos que se inicia en el cerebro, -no en el corazón-. Como se expresa la felicidad de amar en el cerebro, son activados: el hipotálamo, amígdalas, ínsula derecha y bilateralmente en la cingulada anterior, en la cingulada posterior derecha, así como en la corteza somatosensorial secundaria derecha y la circunvolución parahipocámpica.

La activación tiene lugar en los ganglios basales y línea media del cerebelo. Lo relevante es que hay desactivación  en las circunvoluciones prefrontal medial y lateral, temporal y parietal, las que tienen que ver con el pensamiento lógico y discriminativo.  Al parecer  la felicidad que da el amor pleno nos hace menos pensantes. ¿Cómo explicarnos esta contradicción cerebral? ¿Cómo esos oleajes químicos mediados principalmente por dopamina, norepinefrina, oxitocina y feniletilamina, iniciados en esas profundidades cerebrales pasando al sistema nervioso autónomo, combinan esas manifestaciones de embotamiento cognitivo con otras sensaciones tan maravillosas del amor en todo nuestro ser?

Creo que es mejor explicar estos fenómenos complejos, con poetas y filósofos, o con la romántica  experiencia de una mujer enamorada. Del poeta Alberto Cortez: ¨Te sigo queriendo valga la osadía/con la garantía de mis pobres sueños/es decir empeños, porque todavía vive el alma mía de seguir creyendo/ Como el primer día/ como el primer beso/ y el primer exceso de melancolía, como la folía del primer intento/como el argumento, de una profecía/como el primer día/ te sigo queriendo¨. De la obra ¨Cartas de Teodora¨, tomamos las expresiones de una dama enamorada: ¨Tú me has levantado porque  llegaste en un momento en que mi vida era un desierto. Mi aridez era total y el conflicto imposible de manejar, era ese que tenía conmigo misma. Y de todo, absolutamente todo lo que debo agradecerte, esa es la parte que jamás, nunca jamás, tendré cómo pagarte. Este amor es un combustible que me impulsa. Me eleva, me fortalece. Me hace ser esa persona que quise ser y que no había podido.

Y he aprendido a portarme tal y como soy. Como me ves, como me escuchas cada día y aún en medio de las complejidades que conoces mejor que yo, siento que vuelo alto.

Tú eres alguien que definitivamente transformó mi vida.

Gracias por permitirme cruzar tus ojos con los míos, por apretar mis manos con las tuyas, por escuchar de mi boca cada palabra, cada emoción y sensación.

Tú eres un hombre excepcional.

Y también en cada mañana, antes de que el sol despunte, no puedo sino agradecer a ese Hacedor de Todo Bien, y bendecirte, gracias¨. No trate  usted de encontrar explicaciones neurológicas ni científicas, ¡no existen¡

Publicaciones Relacionadas

Más leídas