El 2005

El 2005

ANTONIO PEÑA MIRABAL
Este año 2005 será de mucha importancia para la recuperación del país en sentido general. El Gobierno, la Sociedad Civil, las Fuerzas Armadas y los políticos, tienen bajo su responsabilidad que dicha recuperación sea exitosa. A pesar de lo que muchos piensan, de que sólo el gobierno debe cargar con esta enorme tarea, este debe ser un esfuerzo de todos los entes activos de la sociedad. Porque haya sido el gobierno pasado el mayor responsable del deterioro sufrido en los últimos cuatro años, esto no significa que la recuperación debe ser tarea única de las actuales autoridades.

El pasado gobierno se peleó con todos los sectores activos, por tanto actuó en muchas ocasiones para perjudicarlos, lo que lo aisló de sus contribuciones para un mejor gobierno. Ese no es el caso de la gestión  que encabeza el Dr. Leonel Fernández Reyna, quien tiene bien claro que sin la participación de esos sectores, la recuperación del país no es posible.

El gobierno, en el nuevo año, debe seguir implementando medidas que contribuyan a la estabilidad de la macroeconomía, la cual fue vapuleada por las pasadas autoridades económicas del país. El retorno de la confianza ha sido determinante para que las cosas empiecen a tomar su curso normal. El país necesita que en el 2005 nuestras autoridades no se distraigan en el manejo de los asuntos económicos, de esto depende mucho la recuperación. En otro orden, el gobierno debe dar muestras irrefutables de voluntad política para que los expedientes de corrupción que se encuentran en los tribunales del país, continúen su curso normal. Debe procurar que la justicia no se «olvide» de ellos, evitando que sean engavetados en perjuicios del estado y el pueblo. De esa forma las autoridades envían un mensaje claro a los actuales funcionarios que pretendan desde el gobierno enriquecerse. El Presidente Fernández ha dicho reiteradamente que no le soliciten en privado lo que no puedan pedirle en público, esta expresión representa el compromiso del primer mandatario en su lucha contra la corrupción.

De su parte la Sociedad Civil, que es lo mismo que decir, las iglesias, las asociaciones empresariales, los colectivos profesionales, juntas de vecinos, clubes, etc., debe mantener la vigilancia que hasta el momento ha observado sobre las acciones de los distintos poderes del estado dominicano. Gracias a ese interés porque se respeten las leyes y las cosas anden de acuerdo a lo establecido en nuestra Carta Sustantiva, el país ha superado situaciones difíciles y se han evitado crisis institucionales que hubiesen podido afectar el curso democrático. Es por ello que ese conglomerado conocido como Sociedad Civil debe seguir apoyando y difundiendo las acciones públicas que persiguen el bienestar y desarrollo integral de nuestra sociedad. El fortalecimiento de nuestras instituciones tiene un aliado estratégico en la sociedad civil, y ella está en la obligación de seguir desempeñando ese importante rol, a pesar de  que algunos no les simpatice su accionar por asunto de celos en el protagonismo del quehacer diario del país. Eso sí, la sociedad civil debe evitar ser utilizada por grupos políticos con fines particulares. Para que siga teniendo credibilidad ante la sociedad, debe seguir actuando con la libertad que lo ha hecho en los últimos años.

Nuestras fuerzas armadas deben continuar el proceso de depuración interna a que han sido sometidas por sus nuevas autoridades. No podemos pretender alcanzar la recuperación del país en el presente año, si los organismos coercitivos con que cuenta el estado dominicano no son limpiados del lodo con que fueron embarrados en los últimos cuatro años. Para que puedan combatir con eficiencia la delincuencia y el narcotráfico, estas deben ser provistas de los equipos necesarios e inculcarles valores a fines a sus objetivos constitucionales. Que se mantengan al margen del activismo político, para de esta forma revertir el proceso de politización a que fueron sometidas por el pasado gobierno.

Por último, el conglomerado político debe hacer mayor conciencia del rol que le corresponde jugar en la sociedad. Que las elites políticas comprendan que los intereses de la nación están por encima de los suyos, y que por ende actúen en pro de un estado que persiga el bienestar del pueblo dominicano. Que prevalezcan los valores que dieron origen a las respectivas fuerzas políticas de importancia, erradicando las malas prácticas y el clientelismo, que solo conducen a su deterioro.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas