El 2007: otro año bueno para la economía global

<p>El 2007: otro año bueno para la economía global</p>

Comentario Editorial
Se espera que la economía mundial pierda velocidad este año, liderada por Estados Unidos, donde el mercado inmobiliario y los inicios de nuevas viviendas comienzan debilitado. Sin embargo, la retirada esperada es modesta. Esta parece ser la visión más plausible. Pero existen también algunos riesgos que, por fortuna, parecen ser manejables

Los Pronósticos de Consenso para diciembre indicaron que el crecimiento global estaría este año en 3.2%, ligeramente inferior al 3.8% de 2006, aunque cerca del 3.3% registrado en 2005. Se pronostica que la economía estadounidense se desacelere hasta un 2.3% de crecimiento en 2007, por debajo del 3.3% de 2006; el de la eurozona a 2.0%, inferior al 2.7% anterior, y el de Japón hasta 2%, de 2.4%. Estas economías estarían creciendo con tasas similares entre sí.

Mientras tanto, se pronostica que los países en desarrollo más importantes continuarán con su potencial, con un crecimiento en China de 9.5% en 2007, aunque inferior al 10.5% del año pasado, y la India con un crecimiento de 7.7%, por debajo del 8.4% de 2006. Se pronostica que América latina alcance un 4.2%, inferior al 4.8% de 2006, y Europa Oriental 5.6%, por debajo de 6.3% del año concluido.

Sería esta una desaceleración ampliamente compartida, aunque modesta, del punto medio del ciclo. Sin embargo, esa desaceleración ocurriría también en el contexto de un crecimiento económico compartido, con todas las economías significativas creciendo, al menos, cerca de su potencial.

La suposición de que el resto del mundo continuará expandiéndose vivamente, a pesar de una modesta desaceleración en la economía de EEUU parece bastante plausible. Todo lo que se necesita es que la demanda real en el resto del mundo suba, rigurosamente en línea con el producto interno bruto agregado. Ahora que la eurozona está mostrando una mayor animación en la demanda esto parece probable, aunque la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico sí está pronosticando un débil crecimiento de la demanda interna en Alemania y Japón el próximo año, de 1.2% y 1.3%, respectivamente. Estas economías siguen siendo parásitas de la demanda en otros lugares.

Pueden identificarse dos amenazas: una desaceleración mucho mas marcada de lo esperado en EEUU, y grandes sacudidas comunes. La historia indica que es la combinación de estas dos fuerzas lo que ocasiona las grandes desaceleraciones, como ocurrió en 2001.

El sector inmobiliario estadounidense está actualmente en recesión, con una inversión residencial que sustrajo un punto porcentual de la tasa de crecimiento anual del PIB durante los últimos dos trimestres. Como resultado, el gasto del consumidor norteamericano también ha perdido velocidad, con un crecimiento de 2.7% en el año que cerró en el tercer trimestre, comparado con un promedio de 3.7% durante la última década. Durante los dos últimos años, el PIB de EEUU y la demanda interna real se han expandido en una tasa similar, estabilizando así el déficit de cuenta corriente como parte del PIB.

Los consumidores de EEUU pudieran elegir, por el contrario, hacer una gran corrección en su gasto. En el último Panorama Económico, la OCDE pronostica un cambio pequeño en la proporción de ahorro doméstico, de -0.2% de ingresos disponibles en 2006 a 0.9% en 2007. Los hogares podrían decidir que esto es inadecuado, en particular cuando la caída en los precios de las viviendas están reduciendo su valor neto.

Si los ahorros de la familias saltaran de repente podría producirse una recesión -al menos, dos trimestres con crecimiento negativo- en EEUU. Esto, por supuesto, tendría un impacto en el resto del mundo. Uno también tendría que suponer que esta corrección se produjo tan rápida e inesperadamente que ni la Reserva Federal, ni los bancos centrales del resto del mundo respondieron con agilidad. Es plausible una respuesta lenta, puesto que la Fed considera que existe poco riesgo de que se produzca un suceso como ese, y otros bancos centrales importantes actúan de manera crónica, tardíamente.

No obstante, una fuerte desaceleración en EEUU probablemente necesitaría algún agente provocador adicional: un pico en los precios del petróleo, una guerra, una enorme atrocidad terrorista, o una sacudida similar. Estos riesgos, en realidad, no son descartables. Y, se puede aceptar que estén subvaluados en los mercados. Pero no constituyen las eventualidades más probables.

Es mucho más probable que la combinación de una inflación modesta, fuerte rentabilidad, una política monetaria suave, mercados financieros boyantes y el dinamismo en las mayores economías emergentes mantendrían creciendo con fuerza a la economía mundial, aún cuando disminuyera la demanda en EEUU. Esto pudiera representar, incluso, el principio del muy esperado re-equilibrio de la economía mundial. Con algo de suerte y buen juicio, 2007 debe constituir otro buen año para la economía mundial.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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