El 2009, entre la incertidumbre y la esperanza

El 2009, entre la incertidumbre y la esperanza

El 2008 pasará a la historia como el año en el cual se produjo el más grave choque petrolero, en el cual cayeron iconos del sistema financiero.

También, el  que culminó con grandes incertidumbres sobre la gravedad y la duración de la crisis, pero también de esperanzas, acerca de una recuperación de las locomotoras de la economía mundial a partir del segundo semestre del 2009.

El alza de los precios del petróleo provocó a septiembre en República Dominicana  un déficit en cuenta corriente por US$4,019 millones, un récord histórico, cuyo impacto no comprometió la estabilidad, gracias a la inversión extranjera récord y a otras entradas de capitales.

Y, en término de los precios internos, elevó la inflación acumulada a 10.76% y la anualizada a 14.58%.

En septiembre se produjo un punto de inflexión con la quiebra de Lehman Brothers, las intervenciones de Fannie Mae, Freddie Mac y la aseguradora AIG y los gobiernos pasaron de los temores a la inflación, a la realidad de una recesión y una contracción del crédito por la pérdida de la confianza ante los desplomes financieros.

Y, en este nuevo escenario, la economía dominicana cierra el 2008 con una balanza de pagos cuyo déficit es manejable e inflación no mayor al 7%.

El desplome de los precios mundiales y un petróleo moviéndose el barril en una franja entre los US$35-US$45, llevaría la factura petrolera a niveles inferiores entre 1,400-1800 menos que este año, lo cual, sumado al desplome de los precios de los alimentos e insumos representa una esperanza para el 2009 en materia de balanza de pagos.

La contracción del crédito en los mercados de capitales, implica una limitante para el inicio de nuevos proyectos o la continuación de otros.

Esa variable aporta incertidumbres a la recuperación.

Sin embargo, el préstamo del BID por US$500 millones dirigidos al sector privado, así como otros fondos de organismos multilaterales, representan un punto de esperanza para el mantenimiento de la dinámica económica en el 2009.

La caída del ingreso de divisas representa la mayor incertidumbre para la República ominicana.

Sin embargo, si se cumplen los pronósticos del Fondo Monetario Internacional, de que el Producto Interno Bruto  norteamericano va a disminuir 0.7%, el europeo 0.5%, América Latina crecerá 2.4% y el promedio mundial 2.2%, ¿cuánto podrían reducirse los ingresos de divisas que no puedan ser compensados con la inversión extranjera, el financiamiento externo multilateral, otros flujos de capitales y el menor gasto en petróleo y otras importaciones?

Es difícil pronosticar cuál será el impacto sobre la economía de la República Dominicana, cuando es impredecible la duración de la recesión global.

Pero, una cosa es cierta, puede amortiguarse en la medida en que el gobierno  cumpla con su ajuste fiscal, fortalezca el clima de confianza y mejore la gerencia para captar los recursos externos contemplados o no en el presupuesto del 2009.

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