Con una población de casi 654 millones de habitantes, América Latina recibe el 2020 con malos augurios. Tras un 2019 cargado de altos y bajos; de debilitamiento institucional, en algunos casos; y de renovación de esperanzas, en otros; nuestra región se prepara para sortear un ambiente económico con bajos índices de crecimiento y tres desafíos electorales presidenciales, de los cuales dos, cada uno con sus particularidades, han sido precedidos de un fuerte debilitamiento de la institucionalidad electoral.
Para poner en contexto el panorama electoral de este 2020, es importante que señalemos que de las 6 elecciones presidenciales celebradas en nuestra región el pasado año, fruto de la crisis post primera vuelta, Bolivia no eligió, como tenía previsto, su presidente, razón por la cual se espera que para Febrero sean electas las nuevas autoridades de ese país suramericano.
Estas elecciones suponen un gran desafío para curar o acentuar más el debilitamiento de la institucionalidad electoral de ese país ya que existen serias amenazas de que se pudiera inhabilitar el partido del presidente Evo Morales, lo cual representaría un duro golpe para la democracia electoral de los bolivianos puesto que ese partido, según los resultados de las pasadas elecciones, es el de mayor respaldo popular.
Nadie que suscriba los valores democráticos puede apostar a la proscripción en una contienda electoral de partidos que representen una amplia franja de la población, máxime cuando, como es el caso, lo que se cuestionó no fue si el MAS quedó en primer lugar, sino si su ventaja era suficiente para ganar en primera vuelta. En los próximos días veremos si se apuesta a la proscripción como mecanismo de fraude o si, en cambio, se garantizan elecciones libres, donde todos puedan participar.
República Dominicana, por su parte, arriba a dos grandes desafíos electorales, pero sin lugar a dudas que la mayor atención está puesta en las elecciones de mayo ya que en éstas se elegirá el próximo presidente del país caribeño y que las primarias de uno de los, hasta ese momento, dos partidos mayoritarios fueron altamente cuestionadas sin que hasta la fecha se tengan respuestas concretas a ninguna de las acusaciones y cuestionamientos de Fraude Electoral sugerido por uno de los sectores en pugna, ni a las graves denuncias hechas en el informe de observación realizado por el movimiento no partidista de la Sociedad Civil, Participación Ciudadana.
De manera que las autoridades electorales dominicanas tienen un gran desafío de cara a los próximos torneos electorales.
En Marzo, Guyana, tendrá Elecciones Generales donde se elegirán 65 escaños, 40 a nivel nacional y 25 a través de 10 distritos electorales, los cuales, por tratarse de un sistema parlamentario, elegirán el presidente del país.
Las nuevas autoridades de estos países latinoamericanos tendrán que diseñar políticas públicas tendentes a generar crecimiento y justa distribución para de esta manera ayudar a revertir los augurios de bajo crecimiento de la región, la cual durante más de 7 años ha mantenido un índice de crecimiento bajo que ha devenido en un deterioro del ingreso per cápita regional.
También tendrán que sortear un entorno internacional marcado por la incertidumbre y el agresivo juego que supone la dialéctica lucha entre un país que quiere seguir siendo hegemónico y un nuevo orden global que impone la multipolaridad.