Por: Julio Ernesto Aybar M.A.

En muchos países, la educación es un factor clave para el desarrollo social y económico, y República Dominicana no es la excepción. En la búsqueda de mejorar la calidad y el acceso a esta, el país ha implementado políticas significativas, entre ellas, la dedicación del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para el sector educativo. Este compromiso financiero se ha traducido en una serie de avances notables en la gestión educativa y la revisión del currículo, generando un impacto positivo en el sistema educativo dominicano, aunque cuestionado por otros sectores.

la Ley General de Educación (Ley 66-97), estableció el compromiso de destinar el 4% del PIB del presupuesto nacional del Estado para la educación en su gasto público, lo cual significó un paso trascendental hacia una inversión sostenida en el sector educativo, permitiendo un mayor plan. Esta partida presupuestaria cumplió su primera década después de ser aplicado y por lo tanto podemos pasar un balance si su implementación e iniciativas que abordaran los desafíos educativos del país han sido favorables o no.

El 4% del PIB provocó un impacto y un cambio significativo en todos los sectores de la sociedad, ya que podemos definir un antes y un después en el sistema educativo. A través de este acontecimiento muchas universidades que no impartían la carrera docente comenzaron a implementarla, provocando un aumento en la matrícula estudiantil con miras a formarse académicamente en el área de las Ciencias de la Educación.

Este incremento del presupuesto ha generado un aumento salarial especialmente en los docentes, esto motivó a que profesionales de otras áreas decidieran incursionar en la carrera docente y estudiantes de otras carreras se transfirieran al magisterio del sistema educativo dominicano. Podemos decir que ha habido un aumento en la inversión y esto ha permitido una mejora significativa en la gestión educativa, los recursos adicionales han sido utilizados para fortalecer la formación y capacitación de los docentes, el desarrollo de infraestructuras educativas y la adopción de tecnologías que mejoran la administración y el seguimiento de los procesos educativos.

A pesar de la inversión del 4% se deben mejorar aspectos para poder alcanzar un mayor desarrollo en toda la comunidad educativa. A pesar de los avances logrados, todavía existen desafíos que enfrentar en el sistema educativo dominicano.

En cuanto al currículo, es fundamental mantener su actualización constante para reflejar los cambios en la sociedad y en el mundo del trabajo. La incorporación de la educación en competencias digitales es un aspecto crucial para formar ciudadanos más adaptados a la era digital y capaz de enfrentar los retos del futuro. Aunque la implantación de la jornada escolar extendida ha sido de gran beneficio a la sociedad se deberían incluir materias como educación vial, financiera, músicas, pintura, educación sexual, prevención de las drogas entre otros.

Se debe trabajar de forma constructiva, lograr que los estudiantes no se preparen para el futuro sino para el presente, enseñarlos a pensar, salir de lo tradicional y crear nuevas formas de lograr un aprendizaje significativo en ellos y ellas, el 4% ha logrado mucho, pero se puede seguir avanzando.