El 4%: Una oportunidad

El 4%: Una oportunidad

La lucha contra la idea de construir una fábrica de cemento al pie de Los Haitises, recayó básicamente en los jóvenes que desafiaron los poderes institucionales y fácticos de país y lograron un estimulante triunfo.

Como aquella, la que actualmente libra un impresionante abanico de sectores y fuerzas sociales para que se aplique la Ley que obliga a asignar el 4% del PBI a la educación, se libra sin la participación activa de las principales fuerzas políticas del país.

En la lucha por la preservación de Los Haitises, la significativa diversidad de sectores sociales y políticos determinó que las jornadas de lucha por ese patrimonio de la humanidad tuviesen la extensión y repercusión que tuvo.

 Esta vez, el combate por que se consigne en el presupuesto el 4% del PBI a la educación se vislumbra con mayor amplitud y de mayor impacto y potencialidad política.

Pero, hay que ser consciente de que no se puede desligar una de la otra, porque en gran medida, los éxitos que se obtienen en los procesos de lucha políticas y sociales se convierten en subjetividad y hechos concretos que impulsan las sucesivas acciones de  carácter  reivindicativas y por eso hay que convenir en  que la amplitud que está teniendo la lucha por el 4% a la educación, en cierta manera, se debe al resultado obtenido en aquella por Los Haitises.

La lucha por el 4% concita una mayor integración de diversos sectores, con mayor determinación, con estimulantes sentidos de imaginación para que la gente participe de la demanda; de ahí su significativa potencialidad y no sólo esto, sino que significa una lección práctica de  cumulación de fuerza para producir cambios políticos.

Por esa razón, y sin que pretendan instrumentalizarlas para fines particulares,  la presente coyuntura constituye una óptima ocasión para que los partidos políticos, de todos los signos, abandonen la infecunda actitud de sólo hacer oposición parlamentaria (cuando la hacen) y practicar la oposición social de gran significado político, como esta lucha por el 4%.

Las jefas de hogares, sobre todo, lo que más anhelan es un techo y una buena educación para sus hijos, porque saben que con esta última se obtienen mayores oportunidades para insertarse en el proceso productivo, por eso se solidarizan y apoyan esta lucha.

Lo mismo hace el pueblo en general y el sector empresarial porque sabe que una sociedad con mayores niveles educativos tiene un capital humano con mayor capacidad productiva.

En tal sentido, la lucha por el 4% constituye una de las pocas oportunidades que se le presentan a los partidos para salir a las calles para apoyar las demandas que siente la población y romper la cultura de usarlas sólo para hacer marchas carnavalescas durante los períodos electorales para pedir un voto a cambio de nada.

Pero más que para ningún sector, constituye una oportunidad para las fuerzas de izquierda vincularse al movimiento real para potenciar su unidad, la cual solo tiene potencialidad si se produce en los escenarios de la política y no sólo en mesas de discusiones.

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