“El 4% y sus francotiradores”

“El 4% y sus francotiradores”

Manuel Cruz

Decía Platón el gran maestro y filósofo ateniense, que “el objetivo de la educación era la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano”. Sin embargo, ese apotegma fue interpretado en el país de forma anómala y conveniente. ¿Algunos que escucharon? El objetivo de la educación será usufructuar lo que podamos.

Por tal razón, desde el mismo instante en que se aprobó el 4% del PIB para la educación un grupo de carroñeros decidieron que ese presupuesto era un pastel y que cada quien merecía su pedazo. Diría el extinto humorista Jorge Tuero, “por eso los gobiernos pasan y la ignorancia queda”.

El Problema.   

Para abordar de manera objetiva y efectiva el tema educación en República Dominicana indefectiblemente hay que aceptar dos cosas, que la culpa del desastre es de todos y también la responsabilidad de buscar una solución. Empero, la politiquería, la crematomanía y la carencia de planificación nos tienen donde estamos.

En ese sentido, para conocer la magnitud de ese antiquísimo y pletórico problema solo hay que destacar lo siguiente; mientras hoy gran parte del mundo debate sobre la aparición de derechos de 4ta generación nosotros no respetamos los de la 1ra. Y, mientras se desarrolla la 4ta Revolución Industrial aquí seguimos dependiendo de rubros de la 2da. 

Dentro de ese contexto, teníamos casi 8 años sin tener un verdadero educador dirigiendo el Ministerio de Educación y convirtiendo ese presupuesto en una piñata de cumpleaños. Por ello, resulta bufonizo ver a personas exigiéndole calidad y resultados al presidente y al ministro en tan solo 12 meses de un año sindémico.

En virtud de ello, un grupo de periodistas (francotiradores) la emprendieron contra las actuales autoridades trayendo por los pelos un informe de 2018 del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE); parece que tienen dislexia selectiva para confundir las fechas.  

La Agenda Real.                                                                 

Los estudios, pruebas e informes internacionales son actividades ordinarias dentro del campo de la educación cuyo propósito es medir la calidad en diversas áreas. Verbigracia, Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS), Estudio Internacional sobre el progreso en Comprensión Lectora (PIRLS) y El Programa Internacional para la Evaluación de Alumnos (PISA), etc.

Por eso, querer utilizar cualquiera de esos estudios para valorar a las actuales autoridades no es más que una estratagema de la politiquería, o un modo de presión como siempre ha existido de aquellos que han visto el 4% como el renacimiento del mercado persa.     

En tal sentido, muchas editoras, periodistas, comunicadores, empresarios, fundaciones, sindicatos y políticos que no tienen un ápice de interés real por la educación de nuestros hijos han decidido enfrentar y desacreditar a todos los ministros que no se conviertan en los Aladinos de sus apetencias desmedidas.

Desde esa perspectiva, el 1er paso de esas argucias es generar la percepción colectiva de que el presidente ni el ministro tienen la capacidad para enfrentar los males del sistema y, en medio de la zafra que se genera para evitar esas cosas ser ellos los jornaleros más beneficiados. Solo nos queda decir, “cosas veredes, amigo Sancho”.      

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