La coalición por la una educación digna, en el pasado año 2010, representando la opinión del 91% de la población, luchó reclamando, como reclama y reclamará hasta lograrlo, el cumplimiento de la ley que asigna en el presupuesto nacional el 4% a la educación.

A pesar de tan abrumador reclamo el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, más los 3 partidos que comparten esos poderes, conspiraron contra su propia legalidad y actuaron en rebeldía contra la misma, para no acatar la ley que daría sol y abono al desarrollo humano y económico nacional que justifican las demandas por una EDUCACION DIGNA, es decir de calidad e integral capaz de involucrarnos a todos, todo el tiempo, reeducando, educando, construyéndonos, nivelándonos socialmente en este renglón, elevando nuestras potencialidades personales, sociales y nacionales, dándole bases nuevas al desarrollo del país y calidad al tiempo de vida de sus habitantes.

La educación es un derecho humano nato imprescriptible que nos acompaña hasta el fin. Su privación, es un acto ideológico premeditado y por lo anterior un aparteid y una violencia sin fin. La solidez de la educación que reclamamos es además la plataforma del cambio democrático en el régimen político.

En el país actual todos sabemos que la diferencia entre lo que soñamos o pudimos ser o lo que fuimos, está en la calidad de la educación que pudimos recibir, igual que la pobreza y la violencia es exponencial a la ignorancia de las gentes. Esta educación es responsabilidad del estado que la atiende según su naturaleza, pero lo es también  de la sociedad, lo que amerita la campaña por el 4% y a los sectores de la sociedad civil, laicos y religiosos, aglutinados dentro de la Coalición, para que quienes gobiernan pongan de esta forma en el presupuesto, ¡primero a las gentes!

¿Cómo pueden los representantes de los poderes del estado reprimir esta lucha nacional legítima y por causa justa, sabiendo que hacerlo es una fechoría, cuando ocurre que por delitos menores, ellos ordenan ejecutar sumariamente día tras día, a tantas víctimas de la mala o ninguna educación?  – sencillamente porque el 91% de población que hacemos este reclamo permanecimos como un poder difuso y desarticulado, que coyunturalmente necesita unirse y asumirse políticamente para defender y ganar esta causa naturalmente política aunque no partidarista.

Considerando la historia de nuestro proceso y otros actos que muestran la intención recurrente de violar las leyes por parte de las autoridades, debemos contrarrestar este instinto del  poder, porque sus actos fuera de ley y contra la voluntad popular y nacional, son actos de usurpación, despotismo, tiranía, y autocratismo, y con ellos, pretextando la crisis económica que nos abate, podrían otra vez hacer lo que hicieron en el 2010,  para lo que no debemos darle ninguna oportunidad movilizando todas nuestras posibilidades desde este 4 del mes 4.