El 53 aniversario del  14  de junio

El 53 aniversario del  14  de junio

En estos días, l4 y l9 de junio conmemoramos los dominicanos el 53 aniversario de la triple expedición del l4 y l9 de junio, donde l4l inmortales de la patria lo arriesgaron todo para que como sentenció en una oda Lupo Hernández Rueda, “todos podemos hablar”. Muy pocos perecieron en combate y casi todos fueron rendidos por agotamiento y hambre, además del cerco de fuego y plomo a que los sometían las Fuerzas Armadas estrictamente leales al dictador generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, que disponía del aparato militar más poderoso del área del Caribe. Casi todos fueron torturados y fusilados en la base aérea de San Isidro por la vesania salvaje de Ramfis Trujillo.    

Además los expedicionarios fueron vendidos por informaciones precisas al generalísimo Trujillo, los estaban esperando a todos, y lo único que la tiranía ignoraba era día y lugar, pero el alerta existía por aire, mar y tierra.     La expedición no contó con una organización interna, como igual sucedió l4 años luego con la guerrilla del coronel Francis Caamaño de l973, y diferente a la expedición del Granma de diciembre  l956, que dirigió el comandante Fidel Castro, que sí disponía de una red organizativa, inclusive dentro de las corrompidas y criminales Fuerzas Armadas del general Fulgencio Batista.   

Aunque resultó un fracaso rotundo en el aspecto militar, no así en el psicológico,  y en    mi generación se produjo un vuelco conceptual total, y nunca en lo sucesivo seguimos pensando igual del generalísimo Trujillo, como magnificaban. La Voz Dominicana, El Caribe y La Nación, no tanto, y casi forzado, La Información de Santiago de los Caballeros. La dilucidación y el cuestionamiento permanente no consiste en el fracaso militar del lJ4, sino en su repercusión, como la inmensa mayoría de la juventud de entonces hizo suyo el mensaje de sacrificio y lo trocó en rebeldía, y apenas 7 meses después, el país se inflamaba en enero de l960, y las ergástulas de la tiranía se saturaron de conspiración decisiva para derrocar a la tiranía. Pero ese sacrificio ingente no ha sido honrado por ninguno de los gobiernos post-Trujillo, y el programa de gobierno de La Raza Inmortal permanece íntegro, sin el menor asomo reivindicativo.

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