Con el triunfo en primera vuelta de Luis Abinader, la derrota del PLD y la pérdida de la mayoría en ambas cámaras legislativas, el país entró en una nueva etapa política donde habrá una recomposición del sistema de partidos, con el PRM convertido en la principal fuerza política, el PLD cuyo destino es degradarse en otro PRD y la Fuerza del Pueblo emergiendo como el principal partido opositor.

El PRM se corona como el principal partido del sistema:

Surgido de la división del PRD, se dijo que quienes abandonaban un gran partido (recordemos el PRD y aliados obtuvieron el 46.95% en las elecciones de 2012) estaban condenados al fracaso y ocurrió lo contrario, el gran partido se empequeñeció bajo la dirección de Miguel Vargas Maldonado y el PRM creció y con apenas dos años obtuvo en las presidenciales de 2016 el 34.98% y ahora, aprovechando la división del PLD, Luis Abinader se catapultó y prendió la consigna del cambio.

Si Luis Abinader realiza un buen gobierno, como espera el país, va a garantizar un largo reinado al PRM como principal partido del sistema.

El PLD condenado a reducirse:

El PLD pudo permanecer en el poder, de haber llevado como candidato a su líder natural, el Dr. Leonel Fernández, pero el afán de perpetuarse del presidente Danilo Medina, como tuvo que ceder a las pretensiones reeleccionistas, decidió cerrarle el paso escogiendo como delfín a una persona con serias limitaciones neurolingüísticas y además con una cola de acusaciones de corrupción; de paso engañó a compañeros precandidatos con mayor tradición partidaria y bagaje político.

El 6 de octubre de 2019 se consumó un fraude múltiple que le arrancó el triunfo legítimo a Leonel Fernández y eso marcó el punto de inflexión hacia la salida del poder. Las bases del PLD, cuando vean perder sus empleos, van a pasar factura a Danilo Medina, artífice de sus desgracias y de las dos únicas derrotas desde 1996, a esto súmese los inevitables procesos penales contra funcionarios y empresarios vinculados.

Un líder que fracasó en la estrategia sale del poder inhabilitado, sin Congreso y desprestigiado. Todo eso conforma un escenario de pugnas internas y de mucha dificultad para rearticularse con miras a 2024, por el contrario su destino se parece al del PRD: empequeñecerse.
Leonel Fernández ganó aunque no logro la presidencia:

A Leonel Fernández este país tendrá que agradecerle haber encabezado el mayor movimiento de masas de las últimas décadas para impedir una semi-dictadura cuya base político-empresarial ha sido la beneficiara de los mayores niveles de corrupción en la historia del país.

Tras el fraude del 6 de octubre Leonel Fernández no cabía en el PLD, humillado, minimizado por los mismos que el había encumbrado, salió y transformó el PTD en FP, debió batirse en diferentes escenarios donde sus adversarios aspiraban a cerrarle el paso a su candidatura, logro vencerlos y conformar una alianza con varios partidos y pactó varias senadurías con el PRM.

No era su momento, los vientos del cambio, el uso indiscriminado de los recursos durante la pandemia lo redujeron por debajo de su potencial, aun así se convierte en el tercer partido del sistema con una votación presidencial de 5.7% y logro un número mayor de senadores que el PLD.

FP con la dedicación de su líder, más el grupo de dirigentes que se sacrificaron en esta jornada, está llamado a recibir una buena parte del peledeísmo y constituirse en una opción de poder para futuras contiendas cívicas.

El 5 de julio cambió el ajedrez político dominicano y para bien.