La Villa Olímpica, y algunas sedes olímpicas como el Estadio de Francia, el Centro Acuático Olímpico o la Sede de Escalada de Le Bourget, se ubican en Seine-Saint Denis, al noreste de París.
Es un dispositivo inédito para este departamento, históricamente el más pobre de Francia. Decenas de proyectos de infraestructura se han realizado en el marco de los Olímpicos pero, para asociaciones deportivas que acompañan a los jóvenes, queda mucho por hacer para rescatar las instalaciones vetustas.
La ciudad de Bagnolet está ubicada a media hora en auto de la ciudad de Saint Denis, que acoge las sedes olímpicas. Sin embargo, se encuentra en el mismo departamento.
La comuna tiene tres estadios, de los cuales el principal es el Parque de la Briqueterie, construido en 1970. Las gradas son de cemento. “Pero la maleza ha invadido el concreto”, muestra a RFI Serge Reitchess, exprofesor de deporte y fundador del Colectivo por la defensa y la promoción de la educación física (CoPER 93) en Seine-Saint Denis.
El estadio consta de una cancha de fútbol y de una pista de atletismo de ceniza. “Las pistas de ceniza solían usarse antes de la Segunda Guerra Mundial y en los Juegos de 1936”, explica Reitchess. “Cuando llueve, se forman charcos y se puede practicar aquí un duatlón de atletismo y natación”, bromea.
El exmaestro de educación física apunta que el césped está bien conservado a pesar de la saturación. “Según las normas, las canchas de pasto como esta no deben aguantar más de 10 horas de entrenamiento por semana. Esta se usa 20 horas a la semana”.
«Hay una piscina para 20.000 habitantes»
El departamento de la Seine-Saint Denis se clasifica de último en Francia en materia de infraestructura deportiva. “Hay 16 instalaciones por cada 10.000 habitantes. El promedio en Francia es de 50”, detalla.
En cuanto a piscinas, las cifras muestran que hay mitad menos que en Francia. “El promedio nacional es de una piscina cada 10.000 habitantes, aquí hay una piscina para 20.000, por lo que el 70% de los niños no sabe nadar”, deplora Reitchess.
Otro efecto de la escasez de instalaciones deportivas es que se reducen las horas dedicadas a la educación física en los colegios. “Los alumnos tardan 20 minutos en llegar al estadio».
El colectivo pensó hace unos años que la llegada de los Juegos Olímpicos París 2024 a la Seine-Saint Denis iba a atraer mayor inversión pública en el sector deporte.
Gasto público insuficiente
“El comité olímpico evocó desde que se propuso la candidatura de París la cuestión de la herencia material para que la población pueda practicar más deporte”, asegura Serge Reitchess.
Apunta que se planea trasladar las dos piscinas del centro La Defense Arena de Nanterre a las ciudades de Sevran y Bagnolet. “Pero no sabemos cómo ni cuándo. Aún con ellas, lo que falta es financiamiento. Las autoridades dicen que es muy costoso”, lamenta.
Serge Reitchess y su colectivo, que han integrado incluso alcaldes, concejales y diputados, piden mayor inversión pública, para no depender de los patrocinadores privados.
El camino es largo y difícil: estiman que se necesitan 30 mil millones de euros de gasto público para recuperar el retraso, o sea al menos siete veces lo que estaría costando al Estado organizar París 2024.