Sorange Batista
Puerto Principe, Haití. Dentro del universo de tareas pendientes que tiene un Haití empobrecido que busca  resurgir, está la realidad del sistema carcelario,  la administración de justicia y la seguridad.

    De acuerdo con detalles ofrecidos por el Consejero para Asuntos Públicos de la Embajada de Estados Unidos en Haití, Jon Piechowski, alrededor del 80 por ciento de los reclusos no han sido llevados frente a un juez.

Explicó que debido a ello en el país hay  una sobrepoblación carcelaria en la que se reflejan las situaciones propias del hacinamiento y donde también se manifiestan los brotes de enfermedades que afectan a la población.

Piechowski señaló que la reforma jurídica es un punto muy importante dentro de los pendientes que tiene esa nación.

 “El presidente Martelly ha dicho que es una de sus metas principales, y nosotros estamos listos para ayudar en este esfuerzo”, expresó el diplomático.

Dijo que es un problema que tiene muchas aristas porque tiene que ver con el número de jueces, la discrecionalidad de esos magistrados y la propia ley.

Hasta el momento, la población carcelaria se sitúa en 7,500 privados de libertad. El número es fuera de una cantidad indeterminada que se fugaron tras el terremoto del 12 de enero.

“Estamos pensando en construir cárceles si el Gobierno aporta el terreno”, reveló Piechowski durante un encuentro con medios de comunicación dominicanos en visita a Haití.

Otro aspecto señalado como de cuidado es el catastro. Dijo que la falta de la delimitación de los terrenos ha sido uno de los grandes obstáculos en la construcción de viviendas que realizan.

Explicó que el Gobierno de Estados Unidos está ayudando en ese aspecto, pero debe venir una iniciativa concreta del Estado haitiano al respecto.

Seguridad. Piechowski aseguró que  seguirán apoyando a la Policía Haitiana y capacitando a los miembros que se vayan integrando.

Sobre la conformación del Ejército Haitiano dice que es una decisión soberana del Gobierno de Haití porque así está establecido en su Constitución, sin embargo, dijo que la posición de su país como la de otras naciones donantes es que para mejorar la seguridad y   el respeto a los derechos humanos el punto de enfoque es la Policía Nacional. “Trabajamos para asegurar que los agentes de la Policía sean capaces de hacer lo que hace un policía. Yo creo que debe haber una Policía Haitiana capaz de proteger a sus ciudadanos”, expresó.

Sobre la Minustah dijo que se acaba de renovar su presencia en Haití por un año más, aunque el número de miembros volverá al nivel preterremoto.

80%  sin trabajo fijo. La cotidianidad del pueblo haitiano obliga a salir a diario en busca del sustento en el negocio informal. Aunque la tasa oficial de desempleo está situada en un 40 por ciento, el número de haitianos sin trabajo fijo ronda el  80 por ciento.

 A cualquier lugar que se mire en las calles, hombres y mujeres tienen puestos de venta improvisados, ya sea de comida, artículos diversos, ropa o cualquier otra mercancía que se pueda vender.

Fuerza de mujer

Las mujeres haitianas están integradas a las labores de construcción de Haití, desarrollando tareas que en otros tiempos solo harían los hombres. En busca de su sustento, cargan materiales en los lugares de construcción, participan de manera más activa en los proyectos agrícolas y apoyan sobre sus cabezas todo aquello que pueda representar algunos gourdes para la familia. Si bien es cierto que el terremoto les dejó una huella imborrable, el dolor les ha hecho sacar fuerzas y seguir adelante. Ejemplo de ello son Beatriz Pierre, de 26 años, madre de dos niños, quien perdió su vivienda y  varios familiares.  Trabaja removiendo escombros y cobra 900 dólares haitianos cada 15 días. Veronique Paul obtuvo un préstamo y ahora es modista. Otros ejemplos son Rosita Jean   y  Godet Lovely.