El aborto y sus implicaciones

El aborto y sus implicaciones

Al Senado le toca asumir una actitud sobria y realista para poner en un justo contexto el artículo del Código Penal que se refiere al aborto. El tema exige responsabilidad. Implica decisiones terminantes sobre derechos fundamentales de la mujer y la criatura. Habría que rectificar la obra de la Cámara de Diputados, que obvia causales atendibles a partir de las cuales debería permitirse la interrupción legal del embarazo. No se puede condenar a una mujer a llevar en su vientre el resultado de una violación, un incesto, o un embarazo que pone su vida en riesgo indiscutible.
El Senado tiene que despojarse de posiciones dogmáticas y plantarle resistencia a las presiones mediáticas que abundan en el debate del tema. Le toca considerar que la prohibición pura y simple del aborto repercutiría negativamente en el esfuerzo contra la mortalidad materna. Que la prohibición, tal como la han planteado los diputados, favorece la práctica clandestina del aborto, en condiciones generalmente riesgosas para la mujer.
En el caso del aborto, los derechos de la mujer no pueden ser manejados con el desparpajo que los partidos han manejado los derechos políticos que en teoría le garantizan igualdad de oportunidades con el hombre. Legislar sobre el aborto debe asumirse con responsabilidad y amplitud de criterios, no para salir del paso con una mera prohibición.

Piñata salarial de último momento

El festival de aumentos salariales irregulares en los ayuntamientos ha continuado. El último en sumarse a la comparsa es el de Bonao, cuyo Concejo de Regidores le duplicó el sueldo al alcalde saliente y le fijó una pensión. Ya antes habían procedido de manera similar los ayuntamientos del Distrito Nacional, Santiago y Moca, que aprovecharon para fijar aumentos de salarios y otorgamiento de pensiones la etapa de transición y la proximidad del cambio de autoridades.
El Ministerio Público y otras autoridades competentes deben actuar para desarticular estos aumentos y aplicar las sanciones que correspondan a quienes se han dado a la tarea de golpear la piñata del erario para satisfacer sus apetitos pecuniarios. Estos actos no le hacen ningún favor a la ya deteriorada imagen de los partidos políticos

Publicaciones Relacionadas

Más leídas