El abrazo de Píndaro

El abrazo de Píndaro

Estamos en el mes más rojo del año. Todo se calienta hasta el máximo y todos nosotros nos volcamos en abrazos. Hasta Píndaro, nuestro amigo, se pone como un tomate en el mes del amor. A propósito… por ahí anda con un compadre del Cibao. Vamos a ver si quiere hablar con nosotros, pues está que no se da por nadie.

¡Hey! ¡Píndaro!… ¿Y quién es tu amigo?

Ya sabía yo que tú no te quedabas sin meter tus narices en mi vida privada… Este es el “Compadre Abrazo”, como le decimos sus enllaves… ¿Quieres conversar con él?.

Seguro que siiiiiiii…. ¡No te lo quedes pa’ti solo!

Hola mi amigo… imagino que si es compadre de Píndaro ahora también es nuestro compadre… ¿Por qué le dicen el “Compadre Abrazo”?

Aguaita Heiminio… ¡yo no sabía que tú era’el enllave de Píndaro! Me ha tomao como tre’día salí dei monte aentro, pa podeite enseñai lo que en ei pueblo casi naide praitica… Aquí, casi naide se abraza poique dique tiene mieo que lo aprieten muchoooo… ¡No saben de lo que se pieiden!

Mire, Compadre Abrazo, en este país el mes de Febrero es el mes del amor y de la Amistad… pero, se ha perdido el sentido del abrazo entre la gente. Apenas se dan la mano.

En eso, Píndaro interviene la conversación: La gente se quiere ver tan roja, que se pegan muchísimos corazones de cartón, o flores rojas en el pecho; pero, el verdadero corazón no se deja ver, sino que lo disfrazan…

Ay Compay Píndaro… ¡uté si e’un hombre adelantao!… ¡Aguaita!… ¡Dique tapaise ei corazón con caitoncito rojo! Mire uté, en mi campo tenemo una foima de abrazai que llamamo “Ei abrazo del Oso”… poique mientra ma felicitamo… ¡nos vemo ma’heimosos!… Somo duice con lo’otros y no tenemo que hablai mucho… poique, ¡un abrazo lo dice tó! Mire compay… ¡un abrazo e’un podei!… ¡Lo pue’ tó!

¡¡¡Contraaa!!! Píndaro, ese compadre tuyo si sabe de eso… Parece que en el campo la vida le enseña cosas sin marañas y entuertos de pueblo.

Así es, mi amigo… en el campo, la vida es más sabrosa y sana… Con sus abrazos, muestran su alegría y ganan más salud… por eso duran más que nosotros… Ellos funcionan mejor durante el día porque se dejan abrazar y, como campechanos, abrazan más.

En eso, el campadre de Píndaro Abrazo dice: E’que utede se creen que van a durai má si se no se aceican a lo’demá… Pa’nosotro, abrazai e’un aite… como la música pa’lalma… e’una cura pa’la salú y… ¡vivimo’má que to utede!

¡Es verdad su verdad, compadre! Ustedes allá, en el campo, sin darse cuenta celebran que el abrazo es asexual y, por lo general, con su ejemplo nos invitan a reconocer que un abrazo puede ser cariñoso, consolador o juguetón. De ustedes, debemos aprender qué tipo de abrazo estamos dando, porque el abrazado responderá en el mismo tono que queramos.

El abrazo se da y se recibe. Tengamos presente, siempre, que cuando se quiere un abrazo no hay que esperar a que el otro adivine… ¡es necesario pedirlo!

Nuestros hijos tienen que ver que nosotros, como padres, nos abrazamos, y también abrazamos a nuestros amigos. Así, mientras ellos van creciendo estarán convencidos de que el abrazo es algo que no sólo se da entre amantes y cuando se siente atracción física por otro, sino como sello de amistad, que tanta falta hace. ¿Verdad Compadre?

¡Aguaita! Ei abrazo alivia ei doloi… ayuda a viví má y a seguí pa’lante… a lo bebé que vienen ai mundo temprano lo’empujan a crecei y lo ponen ma’fueite… e’mᅡcon ei somo ma’humanos! ¡A ta diai di’pué, compadre Píndaro!

Jajajajajaja, Compadre… ¡usted se las trae! Gracias por traer esa filosofía campesina a nuestra ciudad y recordarnos que, en lo sano de la vida -donde el abrazo es un puntal-, al igual que el beber agua y alimentarnos está la satisfacción fundamental de nosotros como seres humanos. Si nos falta el afecto y el abrazo, reaccionamos de forma rígida en nuestro matrimonio o hacia nuestros padres, o con nuestros propios hijos.

¡Vamos a abrazarnos todos!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas