La cantidad de personas que accede a la banca digital en la República Dominicana es cada vez mayor, ya que desde el 2011 hasta el 2017 este acceso ha crecido más del 25%, según datos de la Asociación de Bancos Comerciales, lo que demuestra que en el país la estrategia digital de cara a la experiencia del usuario ha logrado que el crecimiento deje de ser lineal.
El señalamiento lo hizo Cristian Ali, presidente de Kio Networks para Centroamérica y el Caribe, al exponer en el Digital Bank Santo Domingo, donde agregó que la inversión tecnológica en el sistema financiero hizo crecer en 157% el uso de internet banking desde el año 2014.
“Con la transformación digital las empresas buscan impactar en tres puntos: en el modelo de negocio, la operación, con lo cual buscan bajar los costos operativos, y por último en la experiencia del cliente, es decir, hacerle la vida más fácil, que pueda acceder de cualquier dispositivo o parte del mundo al home banking y hacer transacciones”, manifestó.
Insistió en que en el país los bancos han aplicado de una manera certera la transformación digital a la parte de la experiencia del usuario, por lo que se refleja el crecimiento en el acceso.
Sin embargo, este incremento en el acceso a la banca digital, apunta, enfrenta a los bancos dominicanos y al mundo a los riesgos de los ataques cibernéticos.
“Por ejemplo, en el año 2015, la industria financiera enfrentó incidentes de ciberseguridad en una proporción de 3 a 1 en comparación con otras industrias, siendo la suplantación de identidad el problema más común en clientes bancarios por descuidos al navegar en Internet”, subrayó.

A pesar de esto, aclaró, la ciberseguridad se está atacando de una forma integral e indicó que el primer paso es saber dónde se está parado y analizar a dónde se quiere ir en términos de ciberseguridad, bajo el esquema de plan de transformación digital.
Recordó que en cuanto a su ubicación geográfica, República Dominicana está entre los 10 países más propensos a los desastres naturales en la región, y las empresas que operan e invierten aquí deben fortalecer su capacidad de respuesta para mitigar el impacto y garantizar la continuidad de los servicios tecnológicos ante un incidente que afecte su operatividad y que garantice la continuidad de los negocios.