No es el mejor momento para los acereros latinoamericanos. Los productos chinos se comercializan por debajo del precio de mercado, lo que se conoce como dumping. Gerdau Metaldom, una empresa de perfil bajo que en el país se ha consolidado como distribuidora confiable de materiales ferrosos, pide a la Comisión Reguladora de Prácticas Desleales de Comercio y Medidas de Salvaguarda que preste atención a lo que está sucediendo.
Su reclamo no es por indisciplina comercial, ni por falta de ordenamiento productivo. De hecho es de las empresas mejor organizadas que existen en el país; es por el dumping chino, competencia desleal. Del volumen que no venden en Estados Unidos a precios subsidiados, buena parte acaba inundando el mercado latinoamericano. Llegó al mercado dominicano.
En competencia las empresas privadas reprograman producción cuando se reduce la venta, es diferente el comportamiento de la mayoría de las empresas acereras chinas. Son del Gobierno. Disponen de subsidios para mantener y hasta aumentar los volúmenes para preservar su posición dominante en el mercado mundial.
Hablan las estadísticas. La producción mundial de acero se multiplicó 2.3 veces de 2001 a 2017, de 19 mil millones de toneladas pasó a 43 mil millones de toneladas. En ese lapso las empresas chinas multiplicaron la producción más de treinta veces, de aportar 3.8% en 2001, la cantidad de 730 mil toneladas, pasaron a producir 22,000 millones de toneladas en 2017, más de la mitad de la producción mundial. El salto no fue solo por eficiencia, los subsidios fueron fundamentales.
En Latinoamérica hay grandes productores de acero. En toneladas Brasil produce sobre 30 millones, México supera 19 millones, Argentina 5 millones, Colombia 1.3 millones y Perú 1.1 millones de toneladas. Enfrentan el dumping chino que daña la competitividad. Cuando al precio FOB del producto importado subsidiado se suman flete marítimo, seguros, impuestos y manejo en los puertos, la tonelada llega al consumidor a precio por debajo del de mercado.
Fue la comparación que aquí hizo la Asociación de Importadores de productos de acero para sostener que la producción criolla no es competitiva, que vende más caro. No consideró los subsidios chinos, el dumping, que también llegó a República Dominicana.
Ante las evidencias que son abrumadoras, la Comisión Reguladora no puede reaccionar con lentitud a la demanda de Gerdau Metaldom, de prolongarse en el tiempo la competencia desleal terminará dañando, no solo la economía de la empresa, reducirá el aporte anual del sector al crecimiento del PIB.
Mi recomendación es que pida y evalúe informaciones cruzadas de fuentes primarias (empresas chinas) y secundarias, para identificar y valorizar los subsidios directos e indirectos detrás del acero chino. Entre otros, salarios muy por debajo del prevaleciente en el mercado mundial, créditos a tipos de interés menores a los del mercado internacional, evaluaciones inadecuadas de activos y vacaciones fiscales.
Confirmado el dumping para compensar precios la diferencia debe convertirse en tarifa compensatoria provisional, recordando que el trabajo de la Comisión es promover la competitividad que implica precio justo y comercio libre.
Que nadie se engañe, cuando hay dumping los consumidores se benefician, pero solo en el corto plazo, la felicidad dura poco, el precio aumenta más de lo razonable cuando el producto importado domina el mercado local. Siempre es así.