Paloma es una chica de 15 años que cursa el primero de bachillerato. Es estudiosa, tímida, sensible, sencilla y muy introvertida. En su clase, algunos de sus compañeros entienden que ella debe pagar por ser distinta a ellos, por eso, un día comenzó a recibir llamadas acosadoras.
Es lo que relata la novela del escritor español Jaime Homar. Una realidad social que viven muchos jóvenes hoy día, por lo que pueden verse reflejados en la situación que aquí se describe.
He podido ver personas a mi alrededor que han sido burladas, quizás no tanto como Paloma, pero el problema es el mismo. Escribí la novela porque siempre me ha llamado la atención la adolescencia; es una edad compleja. Además sentí la necesidad de ofrecer mi ayuda contra el bulling, explica Homar.
Asimismo, expresa que al ser un problema mundial, ya muchas instituciones se están ocupando de él.
Hay editoriales que están desarrollando programas especiales de Alto al bulling. Se están llevando a cabo en Honduras y Centroamérica, y en ellos incluyen textos como Paloma, señala.
Uno de los principales factores que el escritor entiende ha desencadenado este problema es la falta de educación, la ignorancia y falta de responsabilidad de padres y maestros. Los adultos deben orientar a los jóvenes y educarlos con valores y mostrarles que esos caminos no llevan a ninguna parte.
La especialista. Como explica Claudia Simó, directora de Alas Formación y Apoyo, el término bully es un extranjerismo adoptado por nuestra cultura para referirse al acoso escolar.
Cuando hablamos de bullying nos referimos a las conductas en las que se ve sometida una víctima de forma repetida y durante un tiempo que tienen que ver con la intimidación, tiranización, aislamiento, amenaza, insultos, sobre una víctima o víctimas señaladas (niño o adolescente). Engloba desde bromas pesadas, ignorar o minimizar a alguien, ataques personales, insultos, menosprecio, resaltar defectos físicos, incapacidades, condiciones especiales, perseguir, difamar, empujar y golpear, explica la especialista en conducta humana.
Simó menciona que en este tipo de actuaciones pueden influir que muchos agresores son niños/jóvenes que han sido víctimas de maltrato y/o violencia llegando a normalizar estas conductas, a su vez, a multiplicarlas.
También existe la necesidad de buscar una víctima que parezca más débil física o emocionalmente o esté en una condición de poder inferior al agresor para así sentirse más importante, popular o a cargo del control.
Expresa además que los medios de comunicación, videojuegos y programas de televisión que consumen los niños/jóvenes donde se promueve la maldad, la ridiculización, la minimización, la envidia, el odio, la violencia, el rechazo, etc., provocan que nuestros niños se insensibilicen frente a estas situaciones logrando que no se perturben y no accionen.
¿Qué hacer? La psicóloga infantil y juvenil aconseja que si sospecha que su hijo está siendo víctima de bullying y no lo ha hablado. exponga el tema de manera indirecta leyendo un relato que haga referencia a la situación o luego de ver un acto de bullying en un programa de televisión, hágale preguntas como: qué piensa al respecto, si en su colegio pasan cosas similares, si conoce a alguien que haya sido o esté siendo víctima de bullying, si alguna vez le ha sucedió algo parecido. Si es posible, hable sobre su experiencia cuando iba al colegio, ya sea de lo que usted vivenció u observó. Si su hijo le confirma que es acosado, no debe restarle importancia. Recomienda felicitarlo por su valentía al hablar y brindarle apoyo.