El Gobierno dominicano y la empresa Barrick Pueblo Viejo anunciaron ayer un acuerdo preliminar que, en principio, mejora la participación dominicana en los beneficios por la explotación y venta de oro. Este arreglo y sus alcances debe ser detallado para que pueda ser asimilado objetivamente por el pueblo dominicano, cuyo  apoyo a la posición del Gobierno  ha sido bien valorada, inclusive por representantes diplomáticos adscritos a este país. Es ineludible la  necesidad de ponderar el acuerdo.

Un punto sobresaliente en las negociaciones ha sido el ambiente de respeto y discreción guardado por las partes, para preservar la integridad de  un proceso indudablemente delicado. Ese proceso apuntala, sin lugar a dudas, el adecuado clima de inversiones garantizado por el país,  reconocido internacionalmente y cuya realidad queda confirmada por las grandes inversiones extranjeras, ejecutadas y en carpeta.

Al dar a conocer el acuerdo, portavoces del Gobierno y la Barrick lo han definido como satisfactorio para las partes. El Estado dominicano entiende que ha tenido éxito al lograr mejores dividendos por la venta de nuestro oro. Lo acordado parece ser mejor para el país que el contrato original. Dejemos ahora que expertos en negociaciones comerciales y asuntos contractuales, con absoluta independencia, ponderen sus justos alcances.

Al embajador Raúl Yzaguirre

Casi al término de su ejercicio como embajador de Estados Unidos en este país, Raúl Yzaguirre obsequió a los dominicanos un gesto de humildad que hoy queremos reconocer, al rectificar su reacción primaria cuando el Gobierno dominicano reclamó a la Barrick Gold mejor participación en los beneficios de la venta de nuestro oro. Desde luego,  su gesto no nos sorprende, viniendo de un  hombre que sabe valorar los derechos de los pueblos, que  ha  liderado la lucha por los derechos civiles en su país,  donde  fue  presidente y director ejecutivo del Consejo Nacional de la Raza, de 1974 a  2004.

Ahora, por motivos de salud, Yzaguirre renuncia como embajador. Lo que tememos es que no le será fácil  lograr es irse de este país. Su gestión diplomática fue respetuosa y cortés. Hizo muchos amigos en este país. Sembró afectos que harán que lo tengamos presente. Por eso no le será posible alejarse del cálido abrazo de los dominicanos.