El adiós de un ex dictador
Fallece expresidente Bordaberry

El adiós de un ex dictador <BR>Fallece expresidente Bordaberry

MONTEVIDEO.  AP. Juan María Bordaberry, que de presidente electo se convirtió en dictador y luego fuera derrocado por los militares que lo habían ayudado a tomar el poder, falleció el domingo, informó a la AP su hijo Pedro. Tenía 83 años.  

Pedro Bordaberry, senador y líder de la corriente “Vamos Uruguay” del Partido Colorado, confirmó que su padre murió en el domicilio familiar, donde cumplía una condena de 30 años por asesinatos y desapariciones en la dictadura.

Su familia no informó de inmediato las causas del fallecimiento.   Sus restos fueron velados durante la mañana en la residencia de la familia y, más tarde, sepultados en un cementerio en las afueras de la capital en una ceremonia privada sin ningún tipo de protocolo oficial y a la que no tuvo acceso la prensa.

En las puertas del cementerio se había congregado un pequeño puñado de militantes de la organización radical “Plenaria Memoria y Justicia” que portaban carteles alusivos a las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen, pero no se produjeron incidentes.

La carroza con el féretro y el cortejo que la acompañaban ingresaron rápidamente sin ser molestados.   Juan M. Bordaberry asumió la presidencia en 1972 tras ser elegido democráticamente, pero el 27 de junio de 1973 dio un golpe de Estado con apoyo de los militares.

Clausuró el Congreso, censuró a la prensa y prohibió las actividades sindicales y políticas. Tres años después, por desavenencias políticas, los militares lo depusieron y extendieron la dictadura hasta 1985.  

Bordaberry procuraba no fijar metas de reapertura democrática, sosteniendo que había que “calafatear” el barco, una alusión a la supuesta mejora de la actuación de los partidos políticos.

El ex dictador, que en el ocaso de su vida fue condenado a prisión, sufría graves problemas respiratorios y otras dolencias desde tiempo atrás, y en noviembre del 2006 había sido operado del estómago. La condena se emitió ese año pero, debido a su estado de salud, se le ordenó cumplir arresto domiciliario.

“Su historia ya ha sido juzgada por los uruguayos”, expresó el senador del oficialista Frente Amplio de izquierda Carlos Baráibar.  

Por su parte, el senador del opositor Partido Nacional, Luis A. Heber, dijo que se está “terminando una generación que provocó enfrentamientos y radicalización de ideas en Uruguay” y opinó que ya es tiempo de “dar vuelta a esa página”.   Algunos de los procesos que le siguen, además de violación a la Constitución, lo vincularon a los asesinatos de los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y de los tupamaros Rosario Barredo y William Whitelaw, ocurridos en Buenos Aires en 1976.  

Las discusiones sobre si habían prescrito esos casos al transcurrir 30 años, terminaron el jueves 16 de noviembre de 2006, cuando el juez Roberto Timbal ordenó su captura y detención preventiva.  

El 20 de diciembre, otra jueza, Graciela Gatti, dispuso un segundo proceso por otros 10 homicidios, especialmente agravados, de militantes izquierdistas detenidos y desaparecidos.

Su familia ha denunciado que Bordaberry fue víctima de “presiones políticas” por parte del gobierno del ex presidente socialista Tabaré Vázquez (2005-2010), apoyado en su coalición izquierdista del Frente Amplio, donde algunos sectores reclaman profundizar la lucha contra los remanentes de la dictadura.   La abogada Hebe Martínez Burlé, quien junto con su colega Walter de León logró su procesamiento, dijo ayer en declaraciones a la AP que “él fue el primer presidente de facto procesado por violar la Constitución.

Cero democracia         

Conservador, católico, antiliberal y empresario rural, además de reo por delitos de lesa humanidad,   Bordaberry fue el responsable de derrocar la democracia uruguaya desde la presidencia en 1973 sólo para ser depuesto por los militares a los que abrió la puerta del poder. Sus ideas corporativistas, de un Gobierno de inspiración franquista y para eliminar los partidos políticos, a los que creía superados, no sirvieron para una clase militar que sólo reconoció su poder cuando les fue útil y que luego terminaron destituyéndolo en junio de 1976 cuando dejó de servirles.  

Por ese breve período de poder constitucional (1972-1973) y como presidente de facto (1973-1976), Bordaberry se ganó el dudoso mérito de ser el único presidente civil condenado por atentado a la Constitución, asesinato y desaparición forzada en la historia de Uruguay.   Padre de nueve hijos, entre ellos el   líder del Partido Colorado Pedro.

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