El ADN de la ciudad posible

El ADN de la ciudad posible

Los munícipes son el componente más importante de una ciudad. Dueños de las calles, parques y demás espacios públicos. También quienes lo ensucian y enajenan. El ayuntamiento asea, cuida, administra, limpia y crea las normativas. La responsabilidad de lo bueno o malo de los servicios básicos es compartido.

La capital dominicana será limpia, habitable y funcional, con la calidad del ADN; y del DNA o ácido desoxirribonucleico positivo que esté presente en la conciencia, las buenas costumbres y educación cívica de sus ciudadanos.

Quien recorrió la capital ocho meses atrás y lo hace ahora, si es honesto, reconocerá que las intervenciones del ADN en áreas neurálgicas de tradicionales problemas han sido aceptables y positivas. ¿A cuál precio? Exorbitantemente alto. La gestión de la presente administración municipal está a la vista. Graves limitaciones económicas por un lado. Y pagos desproporcionados de servicios contratados en dólares por el otro. Algunos tocan el lindero de lo insólito.

El hecho del cabildo de la capital no haber pagado a sus empleados en diciembre los salarios correspondientes a ese mes, refleja el significativo déficit presupuestario y financiero al cierre de este año. Los pagos exagerados de servicios estipulados en dólares y el vertiginoso incremento de la moneda estadounidense, fueron determinantes en esa situación de desfase. Toca al cabildo cumplir su tarea, y a los ciudadanos la suya en aras del equilibrio económico del gobierno local.

La aprobación de las fuentes de ingresos que sustentarán el presupuesto para el presente año, constituye el primer paso del cabildo. El primer paso de los ciudadanos sería crearse una positiva actitud para pagar los arbitrios. El ayuntamiento debe seguir mejorando la calidad de los servicios, y los munícipes pagarlos a tiempo y en el momento oportuno. Así de simple.

Las más importantes propuestas aprobadas como fuente de ingresos fueron las nuevas tarifas para el uso del suelo. Y el proyecto para incrementar las recaudaciones con el cobro de la recogida de basura por una compañía privada contratada. Por las bajas tarifas establecidas para el derecho a uso de suelo, cabe suponer que no existirán problemas para el pago del requisito.

Sin embargo, el éxito del cobro de la basura dependerá fundamentalmente de la calidad del servicio. Es de vital importancia tener en cuenta que el ciudadano dominicano se niega a pagar los servicios que no recibe. O que lo sólo recibe momentos coyunturales específicos. La prioridad es lograr crear una cultura de pago. El mayor estimulo será la eficiencia de gestión del ADN. Y el A+ (A positivo) que en forma de tranfusión se le pueda inyectar a los ciudadanos.

Santo Domingo de Guzmán será una ciudad posible con el pago de arbitrios de los comercios que no lo pagan; con el grado de responsabilidad con que los munícipes cumplan sus obligaciones ciudadanas. Y con los ingresos que reciba el cabildo y la capacidad de sus autoridades devolverlos en eficientes servicios y realizaciones.

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